2009

Desde 1948, cuando los convirtieron en una población de refugiados dentro de su propio país y los estados árabes vecinos, las condiciones de vida de los palestinos han sido nefastas. Más aún, desde la ocupación militar de Israel en 1967, la colonización y la discriminación racial se han vuelto prácticas comunes del poder de ocupación. Tanto el muro de separación, que comenzó a construirse en 2002, como el encierro impuesto a los territorios palestinos y el último brutal ataque israelí a Gaza en diciembre de 2008 aumentaron la segregación, el desempleo y la recesión económica.
La mayoría de los nigerianos ha vivido por mucho tiempo en una situación de colapso económico. La corrupción es generalizada, hay falta de electricidad en todo el país, la educación y la salud se encuentran en condición deplorable y la lucha armada por el control de los recursos petroleros sigue siendo intensa. La crisis económica mundial profundizó aún más la pobreza. Los expertos subrayan que el país debería tomar medidas para reducir su dependencia del crudo y resolver la escasa implementación de los presupuestos anuales.
La caída de exportaciones y remesas, que ya se empieza a sentir, seguramente redunde en un aumento del desempleo y el empobrecimiento de los nicaragüenses. En el corto plazo, para limitar los impactos de la crisis el Gobierno deberá aumentar el gasto en el sector público, estimulando así la actividad económica y el empleo. De todos modos, estas medidas no atacan el problema central y se hace imprescindible un cambio de rumbo, replantear el actual modelo de crecimiento, recuperar la agricultura de su actual rezago y efectuar un gran esfuerzo para revalorizar el capital humano.
Los expertos afirman que Nepal experimentará las repercusiones de la crisis financiera mundial en varios frentes. Otras crisis, relacionadas con el medio ambiente, la alimentación, la energía, las finanzas y la política han embestido a la sociedad desde hace buen tiempo. Es imperioso observar esta realidad desde la perspectiva de género, y analizar cuál es la función de la sociedad civil en la promoción de iniciativas y planes que ayuden a aliviar la situación de las poblaciones vulnerables, las más afectadas por la contracción económica.
La fuerte dependencia de Marruecos respecto a la economía mundial lo ha vuelto vulnerable a la crisis. La caída en la demanda de las exportaciones marroquíes, la fuerte disminución en el monto de las remesas y un severo proceso inflacionario son algunos de los efectos más notorios de la crisis. El escaso éxito de las políticas “anticrisis” impulsadas por el Gobierno agrava la situación e incrementa la inestabilidad social. Desde los gremios y la sociedad civil, surgen nuevas propuestas para crear las condiciones para un modelo económico y social más justo.
Moldova está viviendo tiempos turbulentos. Antes de las elecciones de abril, el gobernante Partido Comunista minimizó los efectos de la crisis financiera, aunque los expertos habían declarado que los países para los cuales las remesas constituyen un tercio del PIB, como Moldova, serían los más vulnerables. Una vez concluidas las elecciones, sin embargo, el Gobierno comenzó a referirse a la crisis como una “catástrofe”. Aun así, las medidas que promueve en respuesta no dan en el clavo.
Las exportaciones y, probablemente, también la industria turística del país se verán reducidas a consecuencia de la crisis mundial. La seguridad alimentaria y el desarrollo rural peligran por falta de inversiones directas y por el incentivo a los cultivos que sirven de materia prima a los biocombustibles. El gobierno del Frelimo no mantiene un diálogo constante y participativo con los ciudadanos, lo que vuelve casi imposible que, a corto o mediano plazo, se alcancen progresos en lo relativo a desarrollo humano. El fortalecimiento de la democracia y una administración pública más transparente y justa siguen figurando entre los principales desafíos.
El país presentaba el peor de los escenarios posibles para afrontar la crisis que se gestó por años. La crisis sistémica ha agravado ya problemas preexistentes, como la creciente pobreza, la desactivación del sector agropecuario, la insuficiente generación de empleos o el decrecimiento del PIB. En tanto los ajustes menores que anuncia el Gobierno profundizan el modelo económico neoliberal y crece la disconformidad ciudadana, también aumentan las propuestas desde la sociedad civil. Se hace imperativo generar alternativas y estrategias capaces de hacer frente a la múltiple crisis, para minimizar sus impactos y para replantear el modelo.
Al principio parecía que la economía de Malta estaba protegida de la crisis económica mundial, pero las consecuencias comienzan a hacerse sentir. El turismo va en descenso y los alimentos y los servicios públicos son más caros. Las encuestas de opinión muestran que los malteses no tienen confianza en el futuro inmediato y que esperan un deterioro en la calidad de vida para 2009. La cantidad de personas que busca asilo crece día a día y su situación tiende a agravarse.
Malasia, cuyo crecimiento económico depende en gran medida de sus exportaciones y que importa la mayor parte de sus alimentos, deberá prepararse para años de dificultades económicas. Existe una fuerte caída en la producción industrial, el desempleo está por las nubes y los analistas advierten que la recesión venidera podría ser peor que la de 1997. El Gobierno recibió críticas por actuar demasiado tarde y por dedicarse a rescatar a las empresas. Las organizaciones de la sociedad civil realizan protestas y foros públicos para concientizar al público acerca de las repercusiones negativas de estas crisis, especialmente con respecto a los sectores vulnerables de la sociedad.
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