Sociedad civil vs. Bretton Woods II

Social Watch y sus organizaciones asociadas promueven la reestructura democrática del sistema financiero mundial a raíz de la reciente crisis financiera.

En los meses pasados explotó la burbuja de las hipotecas subvaluadas en los Estados Unidos, al tiempo que el colapso de los bancos de inversión multinacionales y las compañías de seguros como Lehman Brothers y AIG provocó la caída libre de todas las bolsas más importantes del mundo, lo que llevó a que tanto el gobierno estadounidense como los europeos ofrecieran paquetes de rescate a estas frágiles instituciones y se incentivaran los llamados a regular de nuevo los mercados de crédito y el sistema bancario mundial en general. En este contexto, el G-20 se reunirá el 15 de noviembre en Washington en una cumbre ad hoc, a fin de encontrar soluciones al colapso económico.

Preocupadas por la posibilidad de que las naciones del G-20 traten de implementar una “solución rápida”, exclusiva y antidemocrática, a la crisis, las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en las cuestiones relativas a la globalización, lideradas por Social Watch, Iniciativa Halifax, Proyecto Bretton Woods y Center of Concern, entre otros grupos, redactaron una “Declaración conjunta sobre la propuesta ‘Cumbre Global’ para reformar el sistema financiero internacional”. Han firmado la Declaración más de 2.710 organizaciones e individuos, desde Canadá hasta China, y fue presentada formalmente a políticos y medios de prensa el pasado 29 de octubre, un día antes de que la ONU convocara al grupo de trabajo de alto nivel sobre la crisis financiera mundial, liderado por el Premio Nobel Joseph Stieglitz.

Según la Declaración, cualquier intento de reestructurar las instituciones financieras mundiales debe llevarse a cabo bajo los auspicios de la ONU y ser un proceso “inclusivo y participativo de todos los gobiernos del mundo; que incluya a representantes de la sociedad civil, grupos ciudadanos, movimientos sociales y otros grupos de interesados; que tenga un objetivo claro y dé lugar a consultas regionales, en particular con aquellos más afectados por la crisis; que tenga un alcance integral para abarcar una amplia gama de temas e instituciones; y que sea transparente, con propuestas y documentos de resultados preliminares disponibles al público”.

Para dar seguimiento a la Declaración, Social Watch y sus organizaciones asociadas tomaron la delantera nuevamente e hicieron circular otra declaración conjunta que expresa las preocupaciones de la sociedad civil no solo en cuanto a la forma en que se tomarán las decisiones relativas a la transformación de la infraestructura financiera mundial, sino también en cuanto a los cambios sustanciales que deberán implementarse como parte de este proceso.

Esta nueva carta abierta reclama una renovación de las reglas e instituciones que conforman el sistema financiero global, que tenga en cuenta principios como democracia económica, sustentabilidad ecológica, derechos humanos, equidad de género, igualdad étnica, autodeterminación y solidaridad. Además, la Declaración urge a los gobiernos a terminar con el fundamentalismo del libre mercado; a restringir el poder del FMI, el Banco Mundial y la OMC; y a crear un sistema regulador eficaz con controles y equilibrios democráticos que tomen en consideración las necesidades económicas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Esta nueva Declaración fue respaldada por más de 400 grupos e individuos y hecha pública el 13 de noviembre, en vísperas de la reunión del G-20 en Washington.

Esta iniciativa es solo el principio de lo que aparentemente será una lucha importante que Social Watch y sus organizaciones de la sociedad civil asociadas llevarán adelante para asegurar que cualquier reforma del sistema financiero mundial sea mucho más que una mera “fachada” y señale el camino hacia la creación de una economía mundial realmente justa y sustentable. Por ejemplo, Jubilee South y cientos de otros grupos han llamado a realizar una “jornada de acción global” el 15 de noviembre, para presionar a los líderes del G-20 cuando se reúnan a puertas cerradas para reformar la infraestructura financiera internacional. Asimismo, las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Social Watch, que asistan a la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo en Doha a fines de este mes, exigirán a los gobiernos a no echarse atrás en sus promesas de ayuda al desarrollo como consecuencia de la crisis. Estas acciones y otras llevadas adelante por la sociedad civil global serán cruciales para asegurar que los ciudadanos de a pie no sigan siendo víctimas pasivas de la crisis financiera y se transformen en participantes activos en cualquier proceso que se implemente para transformar y mejorar nuestra economía mundial.

Los textos completos de las Declaraciones de la sociedad civil sobre las posibles reformas al sistema financiero mundial, se encuentran en: www.choike.org/bw2/.

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