Declaración de organizaciones españolas por Haití

Sala de espera en la maternidad de cité soleil, Haití. Cristina de MiddelDespués de un mes de la tragedia que ha golpeado al pueblo de  Haití y de que miles de personas, entidades sociales e instituciones de todo el mundo estén trabajando para apoyar la ayuda de emergencia y de reconstrucción del país. Las entidades abajo firmantes queremos expresar una vez más nuestra solidaridad y apoyo con el pueblo de Haití pero también nos vemos en la obligación de expresar nuestra profunda preocupación por algunas cuestiones relacionadas con el despliegue de la ayuda de emergencia y las tareas de reconstrucción.

En primer lugar, queremos expresar nuestro rechazo a la militarización del país a través de la ayuda humanitaria. Se trata de una  falsa respuesta al desastre en la que están implicados el Ejército de Estados Unidos (qué tiene planeado desplegar un total de 16.000 militares en la zona), la Unión Europea (6.000 efectivos) y otros cuerpos militares (Naciones Unidas ha anunciado que 3.500 cascos azules se sumarán a los 9.000 que ya forman parte de la Misión para la Estabilización de Haití, la MINUSTAH, que ocupa el país desde 2005), a los que además debemos añadir otros contingentes como los 2.000 soldados de Canadá o los cerca de 2.000 de Brasil.

Esta presencia militar en Haití se ha desplegado a partir de decisiones unilaterales de los diferentes países sin una misión clara, sin rendir cuentas sobre el mando bajo que operan y, lo que es más grave, sin que el pueblo o las instituciones haitianas lo hayan solicitado. Asimismo, el papel de liderazgo y control que se ha otorgado el ejército de los Estados Unidos no sólo es del todo ilegítimo, sino que está entorpeciendo gravemente las tareas de ayuda de muchas ONG, poniendo en peligro la vida de los millones de afectados/as por el terremoto.

Por otro lado, es necesario valorar el tipo de ayuda de emergencia y la forma en la que se entrega, velando por la dignidad de las personas. Así, se debe prestar especial atención a mujeres, niños y niñas, que se han visto en una situación de vulnerabilidad y discriminación en muchas de las formas de entrega escogidas por los organismos internacionales.

Nos queremos sumar a las voces que se levantan en Haití y entre la sociedad civil internacional para pedir una respuesta no militarizada, formada por cuerpos civiles, y que tenga en cuenta el enorme potencial humano y de sociedad civil organizada con que cuenta el país a pesar de su complicada situación.

Creemos que la sociedad haitiana, sus organizaciones, movimientos sociales y representantes estatales deben ser los agentes protagonistas en el reparto de la ayuda y la reconstrucción del país. Deben ser los primeros que sean escuchados y contar con la última palabra. De hecho, la cooperación sólo puede ser efectiva si cuenta con este compromiso y con la plena participación popular.

Queremos insistir en la importancia de que los recursos ofrecidos por la Comunidad Internacional estén desligados de los intereses comerciales de los países donantes. Estos recursos deben ser verdaderas donaciones, no préstamos, de forma que no generen endeudamiento de nuevo.

En este sentido, el Gobierno español debería renunciar explícitamente al uso de instrumentos como los créditos FAD, fondos reembolsables y vinculados a la compra de bienes y servicios españoles, que se utilizaron en otras emergencias como las generadas por el huracán Mitch en Centroamérica o el tsunami en el Sudeste asiático.

Además de no generar nueva deuda, gobiernos e instituciones financieras internacionales deberán cancelar de forma inmediata e incondicional la deuda externa ilegítima de Haití. El país caribeño, aunque ha recibido una parte importante de la prometida reducción de deuda en junio de 2009, tiene todavía una cuenta pendiente de 891 millones de dólares principalmente con instituciones como el FMI, el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial, y países como Taiwán o Venezuela.

Gobiernos como el francés o el italiano ya han anunciado cancelaciones de la deuda y el Club de París (agrupación de países acreedores de la OCDE) ha instado a todos sus miembros a proceder del mismo modo. Después de recibir múltiples demandas de la sociedad civil, partidos políticos de la oposición y administraciones municipales de todo el Estado, el Gobierno español ha anunciado que está finalizando los trámites para cancelar los 28 millones de euros de deuda haitiana de la que es acreedor. Para las organizaciones firmantes dicha cancelación debe ser del 100% de la deuda y sin condiciones, y no parcial ni en el marco de un acuerdo de conversión de deuda como pretende el ejecutivo español.

Esta cancelación debería ser el primer paso para un reconocimiento y restitución de las deudas históricas, ecológicas y sociales que los países del Norte tenemos con Haití. La larga historia de colonialismo y ocupaciones que ha sufrido el país, empezando por las colonizaciones española y francesa, y siguiendo por el intervencionismo norteamericano, que han dado lugar a injustas relaciones comerciales con el país, explotando sus recursos naturales y a sus trabajadores, han generado una importante deuda histórica, ecológica y social que los países del Norte deberán reconocer y restituir al pueblo haitiano.

Es importante que se actúe de forma contundente, no sólo para atender la situación de emergencia que se vive, sino para poner los cimientos que necesita el pueblo de Haití para reconstruir su país desde el ejercicio de su legítima soberanía. Es también el momento de revisar las políticas económicas y acuerdos comerciales impuestos al país a lo largo de las últimas décadas, analizando los impactos que éstas han tenido en el empobrecimiento y la crisis alimentaria que se han sufrido.

Finalmente, para garantizar un futuro para el pueblo haitiano libre de la explotación y la dominación que ha sufrido hasta ahora, harán falta, no sólo recursos y ayuda humanitaria, sino una reversión profunda de las relaciones comerciales, financieras y políticas con el país, es decir, una ayuda e inversión política.

Organizaciones firmantes:

ACSUR-las Segovias, Cooperacció, Ecologistas en Acción, Entrepobles, IEPALA, ¿Quién debe a quién? (QDQ), Mundubat, Observatorio de la deuda en la Globalización (ODG), Ospaaal Solidaridad, Paz con Dignidad, Veterinarios sin Fronteras, Plataforma 2015 y más.