ITALIA

Respuesta débil e inadecuada

Coalición Italiana de Social Watch
Jason Nardi, Tommaso Rondinella (Lunaria), Elisa Bacciotti (Ucodep), Andrea Baranes (CRBM), Sergio Giovagnoli (ARCI), Giulio Sensi (Mani Tese), Sabina Siniscalchi (FCRE)

La intervención del Gobierno en apoyo de las instituciones financieras expuestas a las fluctuaciones de los mercados internacionales confirma que los bancos italianos se han visto en dificultades desde que comenzó la crisis financiera mundial. Hasta el momento, la peor consecuencia de la crisis ha sido la contracción del mercado de créditos. En un país en el que el 90% de las empresas es de tamaño mediano o pequeño, la respuesta del Gobierno ha sido cuantitativa y cualitativamente insuficiente. Es necesario implementar políticas diferentes que distribuyan los recursos en forma adecuada para luchar contra la pobreza y proteger al trabajador.

Aunque el Gobierno italiano ha intentado infundir confianza aduciendo que el país no solo no sufrirá las consecuencias de la crisis sino que emergerá de ella con mayor fortaleza, existen pruebas incuestionables que indican lo contrario. Si bien el Gobierno aún no ha debido salir al auxilio de los bancos, ello no significa que las restricciones crediticias no hayan perjudicado a familias y empresas. Las cifras de Istat, el Instituto Nacional de Estadística, demuestran que durante 2008 el desempleo alcanzó el 7,1% – un aumento con respecto al 6,4% del año anterior – y que entre enero y febrero de 2009, 370.561 trabajadores perdieron el empleo; un aumento del 46% en comparación con el mismo período de 2008.

En cuanto al sector industrial, el informe 2008 de la Confederación Italiana Sindical de Trabajadores (CISL en italiano) subraya que hay 900.000 empleos en peligro1, mientras los estudios de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) proyectan una tasa de desempleo del 9% para fines de 2009 y de hasta el 10,1% para 20102. Otro indicador del impacto de la crisis es que, por primera vez en Italia, los inmigrantes enfrentan dificultades a la hora de obtener trabajo, sobre todo en el noreste. Según la CGIA (asociación de artesanos y pequeños industriales), en la región del Véneto el 24% de los desempleados en enero de 2009 eran inmigrantes provenientes de fuera de la Unión Europea3.

Las grietas en el sistema financiero

Hace meses que políticos y agentes financieros, para tranquilizar a ahorristas y mercados, repiten que los bancos italianos y el sistema financiero son sólidos y no corren peligro de quebrar ni fracasar. Sin embargo, una mirada más a fondo revela una situación más compleja. En 2008 la bolsa de valores italiana perdió el 49% de su valor y mantuvo la tendencia a descender en 20094. Las instituciones crediticias que representan casi el 30% de la capitalización de la bolsa de valores italiana han sido las que han acusado el golpe más fuerte.

Aunque el sistema financiero italiano no se había involucrado tanto en actividades especulativas como los de Estados Unidos y Gran Bretaña, los bancos italianos perseguían políticas enérgicas de expansión, sobre todo mediante la compra de instituciones financieras en Europa Oriental. Las dificultades que experimentan en la actualidad se han visto confirmadas por la intervención del Gobierno en apoyo de los principales grupos bancarios que están más expuestos a los mercados internacionales. Durante los últimos años se ha producido un traspaso continuo del sistema de pensiones hacia un sistema administrado por fondos de pensión privados. Debido a la crisis financiera, el 5,9% de los ahorros administrados por los fondos de pensiones fue cancelado en 2008. Los fondos de inversión, que por lo general presentan riesgos mayores, registraron pérdidas del 8,6%5. En la mayoría de los casos, los ahorros de los trabajadores sencillamente desaparecieron.

La reducción del crédito

Hasta el momento, la peor consecuencia de la crisis financiera ha sido la caída del crédito: varios bancos han reducido el acceso al crédito en forma significativa, sobre todo para pequeñas empresas, que constituyen el sector más importante del sistema italiano de producción. La situación se ve agravada por el hecho de que muchos bancos han estado transfiriendo sus negocios en forma progresiva, de reunir ahorros para la financiación de actividades productivas, hacia operaciones financieras: solo la mitad de sus ingresos proviene ahora de la actividad crediticia, mientras que la otra mitad se compone de comisiones y negocios financieros.

Los grupos más afectados por estas restricciones son los inmigrantes, los trabajadores precarios, los jóvenes y otros sectores de la sociedad que ya antes de la crisis no eran considerados parte del mercado bancario. También las familias se ven afectadas, lo que ha producido un aumento brusco de préstamos no bancarios a altas tasas de interés, sobre todo en el sur, en donde las familias sobreendeudadas aumentaron 69,4% en el último año, en tanto el recurso a tales préstamos lo hizo en 48,2%6.

Las medidas gubernamentales para revitalizar el sistema de préstamos no parecen haber surtido efecto. Los bancos las están utilizando para mejorar sus ganancias y activos sin ampliar los canales de préstamo. En forma similar, la reducción de las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo se ha traducido en un aumento de las ganancias para los bancos italianos, en lugar de mejorar el acceso al crédito para sus clientes.

La transferencia de ingresos entre el trabajo y las ganancias ha sido harto evidente. Esta tendencia, común a gran parte de las economías occidentales, ha significado una transferencia de 8 puntos del PBI (EUR 120.000 millones)7 en Italia desde los trabajadores hacia las ganancias de las empresas, derivando en una progresiva “financialización” de la economía.

Respuestas gubernamentales

Tras breve debate parlamentario, el 28 de enero de 2009 se legisló un “decreto anticrisis”. Las medidas adoptadas son del todo deficientes, por dos motivos. En primer lugar los recursos adjudicados son insuficientes, sobre todo cuando se comparan con los de otros países europeos (EUR 5.000 millones en Italia contra EUR 60.000 millones en Alemania, EUR 38.000 millones en España, EUR 26.000 millones en Francia y EUR 22.000 millones en el Reino Unido). En segundo lugar, no fortalecerán el sistema de producción. La evasión de impuestos  presenta dimensiones inquietantes en Italia: alrededor del 18% del PBI, lo que significa que se pierde más de 100.000 millones en ingresos cada año8.

Familias: Las medidas más importantes son retribuciones únicas y cheques para familias de bajos ingresos. Todo aumento al ingreso familiar es bienvenido para la familia que lo recibe, pero la suma de EUR 40 al mes (el valor de la llamada “tarjeta social”) no alcanza a cubrir sus gastos ni la protege de problemas actuales ni futuros.

Trabajo: El Gobierno propone ayudas crediticias y fondos de indemnización por despido para las empresas de mayor tamaño. Sin embargo, como el 90% de las firmas italianas son medianas o pequeñas, la mayor parte de las empresas y de los trabajadores no accederá a este beneficio. Es más, el sector que se beneficia en mayor grado es la industria automotriz. El Gobierno debería haber relacionado las transferencias con inversiones en sustentabilidad ambiental e innovación. Además, existen otros sectores, como el de la vestimenta, que requieren ayuda en forma urgente para mantener competitividad.

Bienestar social: No se ha establecido una política para la transferencia de fondos para el bienestar social; el Gobierno está repartiendo dinero sin la implementación de redes de seguridad, políticas laborales activas, inclusión social, promoción, capacitación profesional, etc. Pronto habrá decenas de trabajadores desempleados carentes de estructuras capaces de garantizarles los servicios básicos necesarios para una vida decente. Al mismo tiempo, y para no tener que enfrentar problemas presupuestarios, el Gobierno ha reducido los fondos específicos para las políticas sociales, la autonomía, el transporte público local y la inclusión de inmigrantes.

Economía: Los llamados bonos Tremonti, por el Ministro de Economía y Finanzas, son esencialmente préstamos públicos que pueden utilizar los bancos para fortalecer sus estados financieros. Su objetivo es efectuar un relanzamiento del sistema crediticio, sobre todo para empresas medianas y pequeñas. Los efectos están por verse.

Otras medidas: Los planes gubernamentales para el futuro incluyen el recorte de recursos para la investigación y el desarrollo y las inversiones en energía nuclear. Las medidas que se supone estimularán la demanda se componen de inversiones en el transporte de alta velocidad y el colosal puente sobre el estrecho de Mesina, así como la flexibilización de la legislación ambiental y los permisos para la industria privada de la construcción. Los temas como la energía renovable, o la reducción de emisiones, o los cientos de pequeños proyectos de infraestructura que el país necesita con urgencia no han recibido atención ninguna.

Además de las medidas anticrisis, el Gobierno propone una consulta muy reducida acerca del modelo de bienestar social. El programa incluye propuestas preocupantes, como ser mayor flexibilidad laboral, la adopción de modelos “workfare” (programas de trabajo a cambio de asistencia social), la visión de la inmigración como un problema y no como un recurso, y la falta de reconocimiento para el sector sin fines de lucro como actor esencial del sistema de bienestar social italiano, refiriéndose solo a los voluntarios y pasando por alto el papel de las miles de los emprendimientos sociales existentes.

Propuestas de la Coalición Italiana de Social Watch

A fin de ofrecer una respuesta diferente a la crisis y relanzar la economía del país desde la perspectiva de los más afectados, la Coalición Italiana Social Watch propone una serie de medidas:

Familia y bienestar social: Las palabras clave deberían ser “luchar contra la pobreza y redistribuir los recursos”. Una verdadera política de bienestar social por medio de los beneficios de los servicios públicos para quienes realmente necesitan ayuda, en lugar de transferencias directas de dinero, constituye la herramienta principal para asegurar la redistribución de recursos en la sociedad. El Gobierno, en sus niveles centrales y locales, debe mejorar los servicios básicos, la salud, la asistencia, las guarderías, las escuelas públicas, la inclusión de los inmigrantes y las políticas de vivienda, ya que tales medidas representan la verdadera lucha contra la pobreza y la vulnerabilidad, así como una política económica contracíclica para trabajar en contra de los impactos de la crisis.

Trabajo: El imperativo moral de todo gobierno es prevenir que las principales consecuencias de la crisis recaigan sobre los trabajadores. Entre las medidas prioritarias se encuentra la defensa de los trabajadores más desprotegidos desde el punto de vista contractual, por medio de la activación de un plan colchón de seguridad social para los trabajadores precarios, así como incentivos para las compañías que decidan retener a sus empleados.

Para dar forma a una economía diferente se necesita apoyo en forma urgente para hacer posible que los sectores de investigación públicos y privados puedan emprender procesos innovadores. Es más, es esencial implementar un plan a gran escala sobre energía renovable para reducir la dependencia de los hidrocarburos, combatir el cambio climático y apoyar los sectores económicos sustentables que miran hacia el futuro.

En respuesta a la crisis, cada vez más propietarios de cuentas bancarias en Italia están incursionando en el mundo de las finanzas éticas. Al cliente que apoya las finanzas éticas le importa cómo se utiliza su dinero, pero también que su banco no quiebre. Es así que muchos bancos en la actualidad están redoblando sus esfuerzos por mejorar su reputación. Volver al mandato original del sistema bancario de sostener la economía real debe constituir un punto de referencia constante en la búsqueda salidas a la crisis.

Desmantelamiento de la AOD

Las directivas 2009–2011 del Ministerio de Relaciones Exteriores para la cooperación para el desarrollo establecen prioridades claras9. África subsahariana recibirá el 50% de la financiación bilateral y se identificarán países prioritarios en todas las regiones. En el centro de la cooperación internacional estarán, en este orden, la agricultura, el agua y el medio ambiente, la salud mundial, la educación y la gobernanza. Los asuntos de género y los derechos de los niños y de las personas con discapacidades se establecen en forma transversal.

Tales temas constituyen el núcleo del programa para el desarrollo de Italia para la reunión del G8 de 2009, de la que es anfitrión10. A despecho de estas ambiciosas afirmaciones, la cooperación para el desarrollo italiana se encuentra en el punto más bajo de su historia. Si la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) se detuvo en el 0,20% del PBI en 200811, según el presupuesto para 2009 los recursos descenderán en un 56%; de EUR 733 millones en 2008 a EUR 322 millones en 2009, y más aún durante los próximos dos años, hasta alcanzar EUR 215 millones en 201112. Tanto las ONG como los analistas consideran que los recursos comprometidos para la AOD para 2009 podrían caer a un nivel tan bajo como el 0,09% del PBI, de no añadirse nuevos recursos13, lo que se aleja mucho, no solo del objetivo general del 0,7%, sino también del compromiso europeo del 0,51% que Italia debería alcanzar para 2010. En camino hacia el G8, Italia también ha intentado poner sobre el tapete un nuevo concepto para la rendición de cuentas de la ayuda, que busca registrar las contribuciones efectuadas por “el sistema italiano en general” (el Estado, las autoridades locales, los actores sin fines de lucro, las fundaciones y las empresas privadas), minimizando así la importancia de la AOD, a fin de esconder la deficiente trayectoria del país en el cumplimiento de sus promesas.
 
Las ONG sufrirán en forma especial las consecuencias de esta tendencia, ya que sus recursos se verán reducidos a la mitad. Además, se han reducido los fondos para las organizaciones internacionales en un 68%, lo que pone en peligro el cumplimiento de la mayor parte de los compromisos italianos con las Naciones Unidas. Corre peligro sobre todo el financiamiento para el Fondo Mundial para combatir el SIDA, la tuberculosis y la malaria, que el Gobierno promovió en la reunión del G8 de Génova en 2001.

Es más, la escasa ayuda prestada por Italia dista mucho de ser eficiente y sigue estando fuertemente vinculada a la compra de bienes y servicios italianos, como se puso de manifiesto en la reciente evaluación de Ayuda OCDE-CAD por parte de grupos paritarios. Las políticas exteriores italianas requieren una revisión seria. El Gobierno debe comprender el papel fundamental que desempeña la cooperación para el desarrollo en la construcción del buen nombre de un país.

1 Véase: <www.cisl.it/sito.nsf/Documenti/130BF9D1BE670162C125751300380E3D/$File/Industria2008.pdf>.

2 Véase: <www.ires.it/>.

3 CGIA. A disposición en: <www.gazzettino.it/articolo.php?id=49282&sez=REGIONI>.

4 Véase: <www.borsaitaliana.it/chi-siamo/ufficio-stampa/comunicati-stampa/2008/081230fineanno.htm>.

5 Felice Roberto Pizzuti, sobre datos de COVIP. A disposición en: <www.sbilanciamoci.info/Sezioni/italie/Se-la-bolla-scoppia-sulle-pensioni>.

6 Associazione Contribuenti Italiani.Sportello Antiusura. Véase: <www.contribuenti.it>.

7 Datos de AMECO, elaborados en Travaglino (2009).

8  Pisani, S. y Polito, C. (ed.). Analisi dell'evasione fondata sui dati IRAP Anni 1998-2002. Agenzia delle Entrate. 2006.

9  Ministerio de Relaciones Exteriores (2008). La cooperazione italiana allo sviluppo nel triennio 2009-2011.

10  Véase: <www.g8italia2009.it>.

11 OCDE-CAD. “Ayuda para el desarrollo en su nivel más alto en 2008”, París, 30 de marzo de 2009.

12  La cooperazione italiana allo sviluppo nel triennio 2009-2011.

13  Véase: Viciani, I. y de Fraia, L. (ed.). Aiuto pubblico allo sviluppo italiano nel 2009. Previsione dopo la finanziaria. ActionAid. 2009 <www.actionaid.it>.