Países que ayudaron a sus pobres se recuperan más rápido de la crisis

Conferencia de prensa de
Roberto Bissio
(webcast en Inglés)

Países como Brasil, China e India, que apoyaron a los más pobres con paquetes de estímulo directo, se han recuperado más rápido de la crisis que aquellos del Norte industrializado concentrados en rescatar a bancos y a los segmentos más ricos de la población, dijo en la sede neoyorquina de la ONU Roberto Bissio, coordinador de Social Watch, al presentar la edición más reciente del informe anual de esta red internacional de organizaciones de la sociedad civil.

En un lamentable paralelo con la crisis del cambio climático, los peores efectos de la crisis económica y financiera son sufridos por quienes menos responsabilidad tienen en su génesis, destacó Bissio en una conferencia de prensa patrocinada por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

El coordinador de Social Watch explicó que los grupos sociales más vulnerables de los países más pobres del mundo (entre ellos las mujeres, agricultores pobres e indígenas) fueron afectados de múltiples maneras, incluidos la retracción del crédito disponible, la recesión y la reducción de la ayuda oficial al desarrollo de países ricos que pretenden recortar sus gastos.

De todos modos, algunos países en desarrollo se recuperaron más rápido de la crisis que los industrializados, dijo Bissio, mencionando como ejemplos a seguir los de Brasil, China e India.

“Los paquetes de estímulo de esos países se dirigieron básicamente, y con diversas herramientas, a ayudar a los pobres”, señaló. Las autoridades de esas naciones se concentraron en proteger empleos y salarios, ampliando sus servicios sociales, o, como en el caso de Brasil, a transferir dinero en efectivo directamente a sus pobres.

Cuando el dinero alcanzó a los más desvalidos, se gastaba porque sus destinatarios no tenían más posibilidad que ésa, explicó Bissio. En cambio, el dinero entregado a los bancos, a las clases medias altas o a los más ricos terminaba engrosando sus ahorros, pues ésa es la respuesta natural al superávit en tiempos de una crisis persistente y de falta de confianza en una recuperación.

La reacción a la especulación y al encarecimiento de los alimentos terminó justificando medidas de austeridad demandadas por los mismos mercados financieros que originalmente fueron rescatados, observó.

Las medidas de austeridad fiscal constituyen una tendencia preocupante que predomina incluso en países en proceso de crecimiento económico y de superávit presupuestal. Eso ocurre en 70 por ciento de los 128 países analizados en un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La cuarta parte de esos países habían recortado gastos incluso a los niveles anteriores a las crisis y a pesar de no tener problemas de deuda ni fiscales, “tal vez porque París y otros centros de la moda lo hacen, y por lo tanto seguimos la moda aun cuando no la necesitamos”, ironizó Bissio.

Al referirse al Informe de Social Watch 2012, indicó que organizaciones de la sociedad civil de 66 países habían abordado el problema del desarrollo ambiental, pero sin aludir sólo a lo ambiental sino también a lo financiero y a lo político.

La crisis financiera había perturbado el contrato social en todo el mundo, algo de suma importancia en un informe preparado con miras a servir de insumo para las discusiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (Rio+20) que se realizará en junio próximo en Río de Janeiro.

Una de las ventajas de la ONU es su capacidad para integrar los varios aspectos del desarrollo sustentable dentro de un marco respetuoso de los derechos humanos, añadió Bissio.

Más información
Webcast de la conferencia de prensa de Roberto Bissio: http://bit.ly/uK2NQo
Sitio web del Informe de Social Watch 2012: http://bit.ly/rCabKY

Source
Departamento de Información Pública de la ONU: http://bit.ly/sgDQc4


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