Birmania: La burla de la "amnistía"

General Than Shwe. (Foto: Peerapat
Wimolrungkarat/)

Fuente: FIDH

El dictador Thein Sein anunció el lunes 16 la reducción en un año de la condena de todos los presos de Birmania, lo cual fue considerado “deplorablemente inadecuado” y “otro intento de mostrar una fachada de cambio mientras el régimen el régimen continúa restringiendo libertades fundamentales y comete delitos graves contra la población civil” por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Red Alternativa de ASEAN sobre Birmania (Altsean-Burma) y el Consejo de Abogados de Birmania (BLC, punto focal nacional de Social Watch).

La decisión fue anunciada pocos días después de concluida la visita realizada del día 11 al 13 por el asesor especial del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Birmania, Vijay Nambiar, quien reiteró la necesidad de liberar a todos los presos políticos.

La líder opositora Daw Aung San Suu Kyi fue liberada de su arresto domiciliario en noviembre pasado. Mientras, más de 2.100 presos políticos languidecen tras las rejas, la mayoría de ellos con largas condenas, en pésimas condiciones de reclusión y con escaso o nulo acceso a atención médica.

Veintiocho presos políticos cumplen condenas de 65 años de prisión. Tres recibieron penas cada uno de 93, 103 y 106 años. La reducción de un año para estos prisioneros representa muy poca diferencia.

“Esta miserable ‘amnistía’ es, pues, no sólo un insulto a un gran número de personas encarceladas por ejercer pacíficamente sus derechos civiles y políticos, sino también una clara señal de que el nuevo gobierno, que se autodenomina civil, supone un reacomodo ostensible de los mismos líderes militares que han gobernado Birmania con brutalidad extrema durante las últimas décadas”, señalaron la FIDH, Altsean-Burma y el BLC.

A partir de la farsa electoral de noviembre de 2010, el régimen ha tratado de convencer a la comunidad internacional de que Birmania ha dado pasos positivos hacia la democracia. Sin embargo, la realidad lo contradice, advirtieron las organizaciones.

"La denominada amnistía es otro cínico truco de los militares birmanos para crear una cortina de humo y simular avances", señaló Souhayr Belhassen, presidenta de la FIDH. "Pero estos gestos no engañan a nadie. Continuamos documentando brutales crímenes contra los derechos humanos, como desplazamiento forzoso, ataques a civiles, quema de aldeas y violaciones sexuales a manos de soldados."

"Esta maniobra vacía le recuerda una vez más a la comunidad internacional la absoluta falta de avances sustantivos y de rendición de cuentas, y que cualquier cambio en la relación con la dictadura debe fomentar un cambio real", añadió Belhassen.

Además de las graves violaciones de derechos humanos, Birmania no se ha acercado a la democracia y, en todo caso, se está alejando de ella, señalaron la FIDH, Altasean- Burma y el BLC. En octubre de 2010, antes de las elecciones, el presidente del Consejo de Estado, general Than Shwe, se aseguró de que el nuevo parlamento estuviera a su servicio promulgando severas restricciones al debate parlamentario y a la participación ciudadana.

Than Shwe también se aseguró su propio control del poder, nombrándose a sí mismo líder de un nuevo organismo, el Consejo Supremo del Estado. Veintiséis de sus treinta miembros son militares. 

"Estos acontecimientos aportan más evidencia de que Birmania aún no está lista para presidir la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)", subrayó Debbie Stothard, secretaria general Adjunta de la FIDH y Coordinadora de Altsean-Burma. 

"La ASEAN debe insistir en la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y el cese inmediato de los ataques militares contra las comunidades étnicas de Birmania antes de considerar si el país podrá presidirla", advirtió Stothard.

"La reducción de un año de las condenas es una farsa", señaló U Thein Oo, presidente del Consejo de Abogados de Birmania. "El gobierno militar apenas ofrece la misma bebida con un nuevo envase. La reorganización del gobierno fue un cambio puramente cosmético y la comunidad internacional no debería aceptar estos acontecimientos recientes sino como apenas un gesto vacío", añadió Thein Oo.