La retórica antipobreza: más Programa que Acción
Alemania tomó algunas medidas, en su mayoría retóricas, para cumplir los compromisos de la CMDS. La desigualdad en el ingreso se amplió levemente y el acceso a los servicios sociales sigue siendo desigual. La calidad de vida, aunque deficiente para algunos grupos, sigue siendo satisfactoria en comparación con muchos países. La infraestructura social básica es accesible a la mayoría de la población. El gobierno alemán dio el primer paso para cumplir el objetivo de la ONU de reducir a la mitad la pobreza mundial con el “Programa de Acción 2015: Reducción de la Pobreza – Responsabilidad Mundial”. Este programa aún no tuvo un impacto directo en las políticas del Estado.
                    Desigualdad y pobreza: muchas promesas, escaso progreso 
           En 2001 el gobierno alemán presentó varias iniciativas para reducir          la pobreza y la exclusión social en Alemania y el exterior: el          Informe sobre Pobreza y Riqueza, el Plan Nacional de Acción para          Combatir la Pobreza y la Exclusión Social, y el Plan de Acción 2015.          Mientras el pueblo alemán valora el compromiso del gobierno en torno          a este tema, un progreso real para lograr una sociedad más          integradora aún no es mensurable.
           El primer Informe sobre Pobreza y Riqueza destaca la situación de los          pobres. La cooperación entre políticos, burócratas, científicos y          ciudadanos particulares para producir este informe han hecho avanzar          la causa de la reducción de la pobreza, y el Parlamento (Bundestag)          planea publicar un segundo informe a fines de 2003.
           Las principales conclusiones de este primer informe oficial son:
           La disparidad del ingreso creció levemente en los últimos años, a          pesar de las iniciativas públicas para contrarrestar esta tendencia.          La relación 90/10 (el ingreso del 10% más rico dividido por el          ingreso del 10% más pobre) se agravó de 3.04 en 1988 a 3.26 en 1998          (nueva escala de OCDE). La brecha entre ricos y pobres sigue ampliándose.
           La profundización de la brecha en el ingreso resultó del incremento          de la pobreza relativa. Según la definición habitual de pobreza de          ingreso relativa (50% del ingreso promedio neto, ajustado a la escala          de equivalencia), el 11% de las familias alemanas eran relativamente          pobres en 1998. según la nueva escala de OCDE. La pobreza relativa          del ingreso ha aumentado en forma constante en Alemania occidental. En          Alemania oriental, que comenzó con una distribución del ingreso más          equitativa en 1990, la relación relativa de la pobreza es inferior si          se calcula utilizando datos del ingreso sólo para Alemania oriental,          aunque es 14,7% superior a la de Alemania occidental si se calcula          empleando datos del ingreso para toda Alemania. Las familias pobres          consisten primariamente en familias con hijos, incluso en muchos          hogares monoparentales.
           Más de un millón de niños reciben ayuda pública; ellos representan          a un tercio de todos los receptores de la asistencia social, y esta          proporción se triplicó entre 1982 y 1998 en Alemania Occidental. La          pobreza oculta también es un problema. Algunos calculan que la          cantidad de pobres que no solicitan ayuda equivale al número de          aquellos que sí la reciben (3,7% en el oeste y 2,7% en el este).
           El número de desempleados permanece en torno de los cuatro millones.          La mayoría de los desempleados carecen de una especialización; una          educación insuficiente es uno de los mayores riesgos de pobreza,          especialmente para los jóvenes. Cerca de 1,5 millones de desempleados          son de difícil solución; muchos padecen dificultades personales como          drogadicción, deudas o conflictos familiares que exigen intervención          externa. Además, el Informe sobre Pobreza y Riqueza revela la          existencia de un sector de bajos ingresos conformado por pobres que          trabajan.
           El alto desempleo tiende a golpear a las mujeres más que a los          hombres, especialmente dado que el sistema del impuesto a la renta          favorece el modelo de un solo generador de ingresos. Se discute la          forma de reducir este efecto, pero no hay planes concretos.
           Estas conclusiones no condujeron aún a un plan integral del gobierno.          Se ha discutido la posibilidad de extender el apoyo financiero a los          niños. Cuarenta y dos por ciento de las familias monoparentales con          dos o más hijos viven por debajo de la línea de pobreza relativa          (1998, media aritmética, antigua escala de OCDE, toda Alemania). Se          logró un ingreso neto superior para todas las familias aumentando los          beneficios familiares y la reforma impositiva basada en el          reconocimiento fiscal de un mínimo de subsistencia más elevado.
           En lugar de planear un mayor apoyo a los hogares de bajos ingresos, el          debate público se concentra en las consecuencias de la “trampa de          la pobreza” y en aquellos que reciben ayuda social pero no quieren          trabajar. Además, las actividades gubernamentales y ministeriales          tienden a contradecir las promesas para reducir la pobreza y la          exclusión social. Por ejemplo, recientes proyectos de ley prolongarían          el nivel reducido del gasto en asistencia social. Se planea una          importante reforma de la ayuda social tras las elecciones del tercer          trimestre de 2002.
           Una parte considerable del gasto público se destina a la esfera          social. El proyecto de presupuesto nacional para 2002 destina EUR          92.200 millones (USD 80.000 millones) para los asuntos sociales y de          trabajo; este monto representa 37,2% del presupuesto nacional. El          tratado de moneda común de la Unión Europea obliga a los estados          miembros a controlar los gastos limitando el endeudamiento nuevo y la          deuda nacional en general. Esta medida disciplinaria afecta a todos          los sectores de la política pública, pero el sector social está          menos afectado porque en gran medida está financiado por los aportes          de trabajadores y patrones, específicamente con este cometido. Sin          embargo, el sector social está presionado por la percepción de una          competencia económica más fuerte entre los estados miembros. La          consecuencia es una tendencia general a remplazar los impuestos          directos por los indirectos, que se pagan en un alto grado por los          hogares de bajos y medianos ingresos. Además, las decisiones políticas          redujeron las responsabilidades de los patrones para financiar los          sistemas sociales mediante las jubilaciones.
           El Parlamento agregó un beneficio a la vejez al seguro existente de          jubilación que investiga los antecedentes de la persona para          concederle el beneficio. Se tomaron algunas medidas para incrementar          las pensiones de las mujeres (por ejemplo, se aumentaron las partidas          para las trabajadoras de tiempo parcial que crían hijos), pero el          efecto general es reducido debido al avance de las jubilaciones          privadas, que son menos utilizadas por las mujeres, a costa de las          jubilaciones públicas.
           En el sector de la salud, los servicios básicos y suplementarios son          satisfactorios, pero las restricciones provocaron racionamiento en          algunas zonas. Los grupos de bajos ingresos padecen más que los otros          porque no pueden remplazar fácilmente los servicios perdidos con el          gasto privado. Los costos del seguro aumentan principalmente debido al          creciente gasto en productos farmacéuticos por los organismos de          seguro de salud obligatorios. El sistema de seguros de la salud pública          está bajo presión financiera; se están discutiendo opciones de          reformas, pero aún no se tomó ninguna decisión. A los generadores          de altos ingresos se les permite excluirse del sistema e incorporarse          a programas de seguro privado.
           La escasez de maestros obliga a estos a salir del sector público para          sumarse al mejor remunerado del privado, aunque la mayoría de los          alumnos aún son educados por las escuelas públicas. Un segundo          factor que fomenta la desigualdad es la distribución de horas          designadas a las materias. Cuanto más avanzada y especializada la          clase, más horas de instrucción recibe. Se destinan menos horas a          los grados inferiores y a los alumnos con dificultades de aprendizaje.
           Programa de Acción para reducir a la mitad la pobreza mundial: más          programa que acción
           En abril de 2001 el gobierno adoptó el Programa de Acción 2015:          Reducción de la Pobreza – Responsabilidad Mundial e invitó a las          ONG a aportar sus experiencias y propuestas al Programa. En el          documento, el gobierno destaca los aportes del Grupo de Trabajo sobre          Reducción de la Pobreza, integrado por representantes de organismos          de ayuda no gubernamentales y gubernamentales, y el Foro de ONG          Alemanas de la CMDS.
           El Programa de Acción reconoce la reducción de la pobreza como una          “tarea imperiosa”, pero no ofrece estrategias concretas para          reducirla. Las ONG alemanas quieren un plan que defina las          responsabilidades de grupos como los ministerios de finanzas, economía,          agricultura o relaciones exteriores. Las áreas mencionadas de acción          son tan generales (y tan evidentemente una descripción de la presente          labor del Ministerio de Cooperación y Desarrollo Económico) que el          Programa de Acción en sí tuvo que anunciar un plan de aplicación,          que las ONG alemanas esperan ansiosamente.
           Lo mismo es verdad para el propuesto “Foro de Diálogo 2015”, que          habrá de incluir a miembros de todos los sectores de la sociedad.          Casi un año después de la publicación del Programa de Acción, el          Foro de Diálogo aún no ha sido creado. Las ONG alemanas buscan la          forma de ayudar a preparar la agenda del Foro y definir las          prioridades de Alemania en la lucha para reducir la pobreza mundial.          Se espera que el Programa de Acción 2015 examine todas las nuevas          leyes alemanas en función de su impacto sobre la política de          desarrollo, incluso de su relevancia para la reducción de la pobreza.          La aplicación de ese mecanismo podría sentar la base para una política          más coherente.
           Las ONG alemanas quedaron conformes con la creación de una nueva          oficina para la aplicación del Programa de Acción y la mejoría de          la comunicación entre los diversos ministerios. Por otra parte, el          Programa se inició de una forma tan limitada que sólo algunos          activistas por el desarrollo se percataron del mismo. El Canciller          –el jefe de gobierno– tuvo poco que decir sobre el plan, aunque          existió una intensa discusión pública en Alemania acerca de los          posibles vínculos entre pobreza y fundamentalismo tras los atentados          terroristas contra el World Trade Center y el Pentágono en EEUU.
           Asistencia Oficial al Desarrollo: una brecha creciente entre las          declaraciones y la realidad
           La brecha entre las declaraciones del gobierno y la realidad es          evidente. A partir de 1990, cuando se destinó el 0,42% del PNB a la          Asistencia Oficial al Desarrollo (ODA), se evidenció una caída          constante a entre 0,26% y 0,27%. La participación del Ministerio de          Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) en el presupuesto nacional          es constantemente marginada: de 2,1% en 1990 a 1,7% en 1998 y 1,5% en          2000. Sólo la fuerte reacción de la ministra Heidemarie          Wieczorek-Zeul en el segundo trimestre de 2001 y la participación de          Alemania en la guerra de Afganistán condujeron al incremento de 1,6%.          El Ministerio de Finanzas prevé un futuro desmantelamiento del          presupuesto para el desarrollo a un escaso 1,41% en 2005.
           También cabe cuestionar la calidad de la ayuda. Los servicios          sociales básicos (educación básica, servicios de salud básicos,          salud reproductiva y programas de agua para los pobres) han sido          reconocidos desde la Cumbre de Copenhague, ahora incluso por el Banco          Mundial, como la clave de la reducción de la pobreza. Alemania apoya          oficialmente la Iniciativa 20/20.[1] Pero el gasto para los servicios          básicos continúa descendiendo como porcentaje del presupuesto total:          18,9% (1998), 17,3% (1999), 16,5% (2000) y 13,5% (2001). Mientras la          política oficial del Ministerio sostiene que la prevención del SIDA          y el acceso al agua para todos son tareas centrales de la cooperación          internacional, los programas no reflejan ese discurso oficial. El          apoyo a la salud básica se redujo del 5,9% del presupuesto del BMZ en          1998 (unos USD 80 millones) a un vergonzoso 2,1% (USD 24 millones) en          2001. El respaldo a otros programas sociales, como el agua potable y          el saneamiento, también se contrajo.
Notas:
              [1]              La iniciativa 20/20 es un acuerdo entre países en desarrollo e              industrializados que aboga por la asignación de, en promedio, 20%              del presupuesto en los países en desarrollo y 20% de la              Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD) a los servicios sociales básicos.

