FRANCIA

Desempleo, marginación y ayuda ineficaz

Coordination SUD
Katia Hergott
Secours Catholique
Yves Casalis

La crisis ha golpeado directamente a la población de Francia, del mismo modo que a la de los demás países desarrollados – donde comenzó. Los efectos más evidentes son el crecimiento del desempleo, la exclusión social y hasta los problemas de alimentación que sufren sectores de la sociedad que, no hace mucho, estaban en una situación cómoda. Además, debido a la crisis y a la incapacidad del país para crear nuevos recursos para la Ayuda para el Desarrollo, la misma se verá severamente afectada. Difícilmente Francia cumpla sus compromisos en la materia.

El presente informe analiza las consecuencias de la crisis económica tanto sobre la vida de los franceses, que se verifica en desempleo, marginación e incluso en problemas de nutrición, como su repercusión en la Ayuda Oficial para el Desarrollo, que golpea a los países beneficiarios de la misma.

Desempleo y exclusión: el rostro de la crisis

Tambaleante la estructura socioeconómica desde el último trimestre de 2008, se han multiplicado los planes sociales en las empresas. En diciembre el banco Natixis anunció la supresión de 450 puestos, además de los 850 que ya habían desaparecido en mayo. PSA Peugeot Citroën estableció “retiros voluntarios” relativos a 3.550 asalariados en Francia, en noviembre de 2008. En octubre, el grupo informático Hewlett-Packard anunció la supresión de 580 puestos de trabajo, mientras que en diciembre el fabricante de equipos para automóviles Valeo informó de la desaparición de otros 1.600.

Durante el primer semestre de 2009, Sanofi-Aventis, el primer grupo farmacéutico francés, también anunció un plan inicial de “retiros voluntarios” para aproximadamente 1.300 asalariados, y la intención de cerrar cuatro sitios de investigación en Francia. El grupo especialista en telecomunicaciónes Alcatel-Lucent decidió, en febrero de 2009, la supresión de 200 cargos de la plantilla y de 400 subcontratistas. De acuerdo al Observatorio Francés de las Coyunturas Económicas (OFCE) “la economía francesa podría perder aproximadamente 800.000 empleos en 2009 y 2010”.

Según Ayuda Católica/Cáritas Francia, en total “se asignaron EUR 492.000 de ayuda suplementaria durante los ocho primeros meses de 2008. En Saboya (al sureste), jornaleros sin trabajo llegan a nuestros refugios. En el Eure (al Oeste), en un área rural, las saturadas agencias de interinidad tienen que rechazar inscripciones. En la Costa de Oro (sureste de París), el petróleo caro y los productos alimentarios se hicieron sentir severamente a principios de  año. En este rubro, las personas que necesitan ayuda vienen cada vez más a menudo a vernos, solo para intentar llegar a  fin de mes… En el Val-de-Marne, en la región parisiense, el número de paquetes alimentarios distribuidos ha aumentado mucho”. 

Mientras tanto, un estudio de enero de 2009 del Centro de Investigación para el Estudio Sobre las Condiciones de Vida (CREDOC) dejó en evidencia el impacto que tuvo la crisis económica en los alimentos: un 66% de los hogares que vivían bajo el umbral de pobreza (EUR 880 al mes para una sola persona) tuvieron que reducir su consumo de carne y pescado, de frutas y hortalizas, o incluso hasta se saltearon almuerzos o cenas.

El amor propio en el bolsillo

Se han multiplicado quienes solicitan alimentos y los desocupados, las personas endeudadas y/o privadas de acceso a los cuidados. El barómetro del sobreendeudamiento, medido por el Banco de Francia en 2009, cuenta 20.225 expedientes depositados en febrero y 21.247 en marzo, lo que representa un 16% más que durante el mismo período en 2008. Para un 85% de ellos se trata de créditos renovables. Estos préstamos sin vencimiento resultan muy costosos e incontrolables para los prestatarios. 

En su ámbito la asociación Médicos del Mundo establece un diagnóstico idéntico: “Se ve reaparecer en nuestros centros a trabajadores pobres, a menudo no declarados,  beneficiarios de las ayudas sociales, personas que no tienen los medios para pagarse un seguro de salud. La mayoría retrasó el acceso a la atención debido a problemas económicos”. Es el efecto báscula. “Para que gente incluida socialmente, pero que no llega a fin de mes, pueda acudir a nosotros, debe guardarse el amor propio en el bolsillo”, comenta  la responsable de una asociación caritativa. “Muchos nos lo confían”.

La respuesta
               
Existe una urgencia ante la perennización, o incluso el agravamiento de la fractura social. Es necesario actuar lo más cerca posible de los excluidos, estableciendo prioridades políticas claras en su favor. ¿Van las iniciativas gubernamentales en este sentido? Para ayudar a 434.300 jóvenes menores de 25 años desempleados, las autoridades lanzaron un “plan de emergencia”: se crearon cerca de 100.000 contratos en alternancia suplementarios en el sector privado (de aprendizaje, de profesionalización) y  primas excepcionales – se paga a las empresas entre EUR 1.000 y EUR 2.000 por cada contrato de ayuda creado.  La medida principal, la Renta de Solidaridad Activa (RSA),  entró en vigor en junio de 2009. Los trabajadores pobres (unos 800.000)  ganan un salario complementario – y un nivel de renta aceptable – al reanudar una actividad.

Pero, aunque la RSA funciona para aquellas personas más próximas al mercado laboral y con un mínimo de calificación, los resultados no son los mismos entre los más afectados por años de exclusión del sistema.

Crisis y AOD

Pese a que Francia reitera su compromiso de aumentar la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) en cada cumbre internacional – recientemente en oportunidad del último G8 –, la credibilidad de tales promesas podría cuestionarse. En 2008, la AOD francesa progresó muy ligeramente después de haber bajado considerablemente en 2007. Según la ley de programación 2009-2012 de finanzas públicas, Francia no cumplirá con sus compromisos europeos en 20101: con una AOD cercana al 0.41% del Ingreso Nacional Bruto (INB) en 2010, Francia estaría lejos del 0.51% al que se comprometió en el seno de la Unión Europea.

Para que Francia logre cumplir con el compromiso de dedicar el 0,7% del INB a la AOD en 2015 sería necesario un incremento anual de EUR 1.500 millones. Teniendo en cuenta las restricciones financieras que enfrenta el país – agravadas por la crisis global – es poco probable que esto se pueda concretar sin una fuerte voluntad política. Al carecer la política de cooperación francesa de estrategia global, es dependiente de las prioridades de los gobiernos de turno. Además, una parte importante de la ayuda francesa no crea recursos frescos para el financiamiento del desarrollo.
 
Un aumento engañoso

A escala mundial, Francia es uno de los países que más contribuyen a la AOD. En 2008, con EUR 7.600 millones, fue el cuarto país del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD) de la OCDE2, de acuerdo al monto neto de AOD, y el 13º según el porcentaje del INB dedicado a la ayuda (0.39%). Aun con la fuerte caída de 2007 (-16%), la ayuda oficial francesa ha crecido notablemente desde 2002.

Sin embargo, una parte importante de este aumento se explica por una inflación estadística de las cifras – en lugar de por la escasa o nula creación de recursos frescos para el financiamiento del desarrollo – sobre todo por la implementación de planes multilaterales de cancelación de deuda. A pesar de una caída de más del 50% registrada en 2007, las reducciones de deuda representan, en promedio para el período 2001-2007, el 27% de la AOD de Francia.

Ahora bien, estas cancelaciones han sido, en su gran mayoría, un mero saneamiento contable de créditos impagables, por lo que tuvieron un impacto muy limitado en los países beneficiarios. Estos países, muy pobres, habían entrado en una espiral de sobreendeudamiento y eran incapaces de pagar gran parte de su deuda. Por otro lado, una parte importante de la deuda cancelada fue generada por una activa política de apoyo a las exportaciones francesas a través de la garantía pública a las exportaciones gestionada por la Compagnie Française pour le Comerce Extérieur (Compañía Francesa para el Comercio Exterior – COFACE). Esta lógica de promoción de las exportaciones es claramente distinta a la de promoción del desarrollo. Nada justifica su contabilización como parte de la AOD.

Para evaluar la AOD “real” de Francia, Coordination SUD se apoya en las recomendaciones de Daniel Cohen3. Considerando que la gran mayoría de las reducciones de deuda constituye una liquidación contable de créditos impagables, recomienda en efecto que solamente el 10% de estas cancelaciones esté contabilizado en la AOD, mientras el 90% restante debería figurar como pérdida por reducción de deuda.

Más allá de la cancelación de deuda, desde hace unos años la AOD está marcada por el fuerte crecimiento de ciertos agregados estadísticos ex post, que no corresponden a nuevos recursos para el desarrollo – tales como la “recepción de refugiados” (EUR 275 millones en 2007) o los gastos para estudiantes extranjeros en Francia (EUR 879 millones). Igualmente, se incluyen algunos gastos (EUR 345 millones) destinados a dos territorios de ultramar: Mayotte – el primer beneficiario de la ayuda francesa fuera de la cancelación de deuda – y Wallis y Futura, así como créditos para la influencia cultural y la difusión del idioma francés en el exterior.

Cuando se eliminan de las estadísticas los principales montos de la AOD “artificial”, el nivel de contribución de Francia al financiamiento del desarrollo se ve considerablemente reducido. En 2007, mientras la AOD alcanzó, de acuerdo al Gobierno, los EUR 7.200 millones (0.38% del INB), la “real” llegó solamente a EUR 4.700 millones (0.25% del INB).

Una AOD al servicio de los intereses comerciales y estratégicos franceses

Aun en el seno de la AOD considerada como “real”, un cierto volumen de gastos corresponde en realidad a objetivos que no están ligados a la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Especialmente, en el marco de su política de asistencia, Francia otorga cada vez más préstamos a países emergentes, en una lógica diplomática de influencia y de difusión cultural del país4.

Con el fin de desarrollar sus actividades, en un contexto en el cual los recursos presupuestales son limitados, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), operador base de la política nacional de cooperación para el desarrollo, ha orientado sus actividades hacia el fomento de préstamos, especialmente a privados, a un costo menor para el Estado. Así, el volumen de préstamos que podría ser contabilizado en la AOD aumentaría 98% entre 2008 y 2009, pasando de EUR 469 millones a EUR 927 millones.

Con el fin de reducir el costo de estos préstamos para el Estado, que participa con una bonificación apuntando a bajar la tasa de interés del recurso financiero propuesto por la AFD a los países en desarrollo, esta última busca maximizar el efecto palanca5. Así, aumenta los préstamos, con tasas de interés lo más cercanas posible a las del mercado, a los países emergentes y de ingresos intermedios y destinados, especialmente, al sector privado.

El CAD subraya que “el objetivo de lucha contra la pobreza perseguido en los países más pobres de la Zona de Solidaridad Prioritaria se ve entonces limitado por los recursos en forma de donaciones, mientras que el objetivo de preservación de bienes públicos mundiales perseguidos en los países emergentes y de ingresos intermedios puede recurrir a la herramienta préstamo, para la cual las autorizaciones de compromisos son muy superiores”6. Sin embargo, como lo recuerda el CAD, la asignación geográfica y sectorial de la ayuda debe ser determinada en base a una visión estratégica y no en base a conveniencias de instrumentos. La expansión de préstamos a países emergentes y de ingresos intermedios descansa en una lógica de cooperación económica. En este sentido, no tienen ninguna razón para ser contabilizados en la AOD francesa.      

Por otro lado, la instauración del Ministerio de Inmigración, Identidad Nacional, Integración y Desarrollo Solidario (MIIDS) consagra el entrelazamiento creciente entre cooperación para el desarrollo de países del Sur y control de flujos migratorios – una tendencia que, tanto a escala francesa como europea, comienza a hacerse sentir. Eso se traduce, en particular, en la participación del MIIDS en las diferentes instancias de decisión sobre política de cooperación para el desarrollo y la negociación de acuerdos de gestión “concertada” de flujos migratorios, incluyendo un programa de asistencia para el desarrollo poco transparente del MIIDS, sin ninguna concertación con el ministerio de asuntos exteriores7.      

Mientras que los países más pobres son también los más afectados por las crisis alimentaria, climática, financiera y económica, una parte importante de la ayuda francesa no responde hoy en día al objetivo primordial de lucha contra la pobreza y las desigualdades. Además, aunque Francia supo encontrar sumas considerables para enfrentar las consecuencias nacionales de la crisis económica y financiera, ya confirmó que no cumplirá con su compromiso europeo en 2010. Si bien los medios presupuestales dedicados a la AOD no han disminuido en 2009, su nivel no le permite a Francia enfrentar los desafíos impuestos por las diferentes crisis mundiales en los países pobres.

 

1 Los países miembro de la Unión Europea se han comprometido a dedicar colectivamente el 0,56% del INB europeo a la AOD, lo que se traduce en un objetivo de 0,51% para Francia y otros 14 antiguos miembros.

2 El CAD reúne veintitrés de los principales donantes de fondos bilaterales “tradicionales”, los donantes emergentes como China o India no son miembros del CAD. Tampoco lo son los nuevos estados miembros de la Unión Europea, para los cuales, a menudo, la cooperación para el desarrollo es una política reciente.

3 Cohen, Daniel. Centro de Desarrollo de la OCDE, Technical paper nº166, The HIPC initiative: true and false promises, octubre de 2000. 

4 Coordination SUD. Analyses, PLF 2009 et budget pluriannuel 2009-2011, 3 de noviembre de 2008.

5 El monto de préstamo generado por un euro de subsidio del Estado.

6 CAD/OCDE, op. cit. p.48.

7 Ver sobre este tema la parte dedicada a Francia en el informe Social Watch Europa dedicado a las migraciones.