BÉLGICA

Los altos costos del rescate bancario

Arnaud Zacharie
Secretario general
CNCD-11.11.11
Gaspard Denis
Encargado de investigación
CNCD- 11.11.11   

Habiéndose desplomado las acciones de los bancos y principales empresas del país, el Gobierno salió al rescate de los bancos y a garantizar los depósitos. La crisis, de todos modos, sigue incrementando el desempleo, en tanto el costo del rescate bancario se hace sentir en el drástico aumento del endeudamiento público, lo que tiene severas repercusiones en la provisión de seguridad social.

En 2008, dos de los mayores bancos de Bélgica, Fortis y Dexia, comenzaron a padecer serios problemas, exacerbados por la crisis financiera que otros bancos del mundo estaban atravesando. Las acciones de  Fortis y Dexia, así como las de la mayoría de las empresas belgas, se desplomaron. La reacción del Gobierno fue salir al rescate de los bancos y garantizar los depósitos, pero de todos modos, el costo del derrumbe financiero ha sido particularmente severo, no por  el monto de los recursos desembolsados por el Estado sino por el gigantesco aumento del nivel del endeudamiento público que el país, desde hacía unos quince años, venía intentando reducir.

Lo gastado por el Estado para recapitalizar el sector bancario alcanza casi EUR 20.000 millones. A esta cifra se le deben agregar los EUR 25.000 millones ofrecidos por el Estado bajo forma de garantías, por lo que, en total, la factura de ayudas públicas a los bancos alcanzaría cerca de EUR 45.000 millones. Además del endeudamiento, este rescate ha derivado en problemas presupuestales, crecimiento del desempleo e incertidumbres respecto a la capacidad del Estado de mantener el financiamiento de su modelo social.

El costo del rescate

Las operaciones de rescate que llevaron adelante el Gobierno Federal y las entidades federadas condujeron a la nacionalización de Fortis Banque, así como a la recapitalización de Dexia Banque, del grupo KBC y de la compañía de seguros Ethias. En un plazo de tres meses, los poderes públicos reaparecieron en el sector bancario belga, casi dos décadas después de haber desertado de ellas. Sin embargo, las condicionalidades para los planes de recapitalización de las instituciones financieras han sido, en buena medida, débiles y opacas. De este modo, las medidas de rescate se adaptaron perfectamente al viejo adagio liberal: “socializar las pérdidas, privatizar las ganancias”.       

En lo relativo al franco-belga-luxemburgués Dexia, éste recibió un incremento de capital de EUR 3.000 millones, asignados por las autoridades públicas belgas (Estado federal y Entidades federadas). La parte francesa, por su lado, proporcionó una suma equivalente (EUR 2.000 millones a través de la Caja de Depósitos y Consignaciones, y 1.000 millones a través del Estado), lo que le ha permitido aumentar su participación del 11,5% a cerca del 28% del capital del banco y, consecuentemente, alcanzar una minoría con capacidad de bloqueo en el grupo bancario. Por su parte, el banco KBC ha recibido hasta el presente tres sucesivos planes de rescate. Primero, en octubre de 2008, el Estado Federal intervino con EUR 3.500 millones. Después, en enero de 2009, la Región Flamenca desembolsó 2.000 millones. Finalmente, en mayo pasado, emitió nuevamente obligaciones de Estado por un monto de EUR 2.000 millones para financiar al grupo KBC. En total, ese último ha recibido hasta ahora cerca de EUR 7.500 millones de los contribuyentes belgas.

En lo que concierne al rescate del grupo belga-neerlandés Fortis, la participación en capital del Estado belga llegó, en octubre de 2008, al 99,93%, lo cual representa la suma total de EUR 9.400 millones. Sin embargo, desde un principio demostró su voluntad de vender el 75% del banco al grupo francés BNP Paribas. No obstante, la oposición de los accionsitas de Fortis Holding al desmantelamiento de su grupo obligó en dos oportunidades al Gobierno y al BNP a revisar su acuerdo de cesión de Fortis Banque. La tercera versión fue finalmente votada por los accionistas durante dos asambleas generales el 28 y 29 de abril de 2009 en Gand (Bélgica) y Utrecht (Países Bajos). En definitiva, a cambio de la transferencia de Fortis Banque a BNP Paribas, el Estado belga recibió el 11,6% del capital del grupo bancario francés.   

La deuda pública se dispara
    
Cuando Bélgica se postuló para adherir a la moneda única europea a inicios de los años 1990, se presentaba un problema mayor: el peso de la deuda pública. Mientras que los criterios de Maastricht exigían que la deuda de un estado miembro no sobrepase el 60% del PBI, la deuda pública belga lo sobrepasaba en un 130% en 1993 y 1994.

A raíz de eso se implementó un plan de austeridad que fue doloroso para el nivel de los gastos públicos pero que permitió ir aliviando la deuda del país, que había bajado al 84% del PBI en 2007.

Ahora, con el costo de los planes de rescate de los bancos y el impacto de la crisis financiera en las finanzas públicas, la tasa de endeudamiento ha experimentar una suba brutal, alcanzando 89,7% en 2008, en tanto la Banca Nacional de Bélgica proyecta que llegará al 103% en 2010. Esto representa una deuda de más de EUR 30.000 por habitante. El déficit público ha seguido obviamente la misma curva: del 1,2% del PBI en 2008, se espera que salte al 5,5% en 2009.  

Seguridad social y desempleo

Como consecuencia del déficit público, el financiamiento de la seguridad social se ve también perjudicado, registrando en 2009 un déficit de EUR 2.450 millones debido a la caída de las recaudaciones de las cotizaciones sociales y del IVA. El Gobierno prevé un incremento del déficit de la seguridad social de EUR 5.300 millones en 2010.

Finalmente, el desempleo sigue expandiéndose debido a la recesión económica. En junio de 2009, 443.574 personas estaban desempleadas, lo que equivale a 43.433 nuevos desempleados en el plazo de un año.

El Consejo Superior del Empleo, dependiente del Ministerio del Empleo y la Igualdad de Oportunidades publicó, en junio de 2009, el informe “Evolución reciente y perspectivas de avance del trabajo”1, consagrado al análisis de la crisis económica global y sus consecuencias sobre el empleo.

De acuerdo al documento la actividad retrocedió 1,7% en el primer trimestre de 2009, comparado con el mismo período de 2008. Luego de un crecimiento del empleo nulo, durante el cuarto trimestre de 2008, cerca de 10.000 puestos de trabajo desaparecieron en el primer trimestre de 2009. Las horas trabajadas en empleos temporales no habían dejado de caer después del segundo trimestre de 2008. Esta tendencia se acentuó en abril, al registrarse una caída de 28% en comparación con el año anterior. El Banco Nacional de Bélgica prevé la desaparición de 36.000 puestos de trabajo en 2009 y de otros 80.000 en 2010. Teniendo en cuenta el crecimiento continuo de la población activa, el número de personas que buscan empleo aumentaría en 2009 a 68.000 y a 111.000 en 2010. La tasa de desempleo, mientras tanto, pasaría de 7% en 2008 a 9,2% en 2010.

1 Ver: <www.emploi.belgique.be/defaultNews.aspx?id=23984>.