Casi un Estado fallido
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Arafat Alroufaid
Poco puede avanzar el país hacia un desarrollo sustentable mientras se mantenga su situación actual, al borde de la guerra civil, la hambruna o la catástrofe social. Sus problemas endémicos, relacionados tanto con el empobrecimiento de la población, la corrupción política, el endeble sistema agropecuario y de producción de alimentos, la dependencia de la producción de petróleo y los escasos recursos hídricos, se han visto agudizados por el estado general de inseguridad provocado por las protestas populares y la amenaza de anomia. De no encontrarse un equilibrio entre los reclamos ciudadanos y las necesidades estructurales, el país va rumbo a convertirse en un Estado fallido
Los agitados meses de manifestaciones del Levantamiento Popular de la Juventud contra el presidente Ali Abdullah Saleh, iniciadas en enero de 2011, sacudieron los cimientos de un posible desarrollo sustentable en Yemen. En agosto de 2011 el consejo de seguridad de la ONU disparó la alarma al expresar su “profunda preocupación” por la degradación de las condiciones humanitarias y económicas, y el hecho de que es posible una catástrofe económica y humanitaria. En octubre UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtieron que Yemen puede enfrentar una catástrofe similar a la de Somalia, es decir, convertirse en un estado irremediablemente fragmentado y fallido[1].
La economía está paralizada, la pobreza crece y el desempleo aumentó al doble, los servicios se degradan mientras que los precios de los productos básicos se triplicaron desde el principio de año, y alrededor del 60% de los habitantes del país, que se acercan a los 24 millones, viven bajo la línea de pobreza, con un ingreso diario por persona de menos de un dólar. La tasa de inflación supera el 35%. Si la situación sigue así se asistirá a un desplome de la economía y a una inevitable hambruna, sobre todo en los medios rurales.
Las protestas populares quieren terminar con más de tres décadas en el poder del presidente Saleh, que a pesar de la continua explotación de los yacimientos petrolíferos con que cuenta el país, sumergió a gran parte de la población en la miseria, hasta convertirla en la nación más pobre del Mundo Árabe. La mala administración y la corrupción generalizada son las causas evidentes de la decadencia. El país ocupa el lugar 146 (sobre un total de 178) en el Índice de Percepción de Corrupción 2010 de Transparencia Internacional[2].
Más gente, más pobreza
El problema demográfico en Yemen es uno de los obstáculos más notorios para la adopción de un modelo de desarrollo sustentable. Si la tasa de crecimiento demográfico se mantiene en el nivel de 3.2% anual las dificultades y los problemas económicos y sociales se agudizarán, ya que aumenta en la discordancia entre este y la tasa de desarrollo. Se prevé que la población de Yemen alcanzará los 43 millones en el 2025. La pobreza en Yemen crece en paralelo con el agravamiento de la crisis económica. Ha aumentado la mendicidad callejera, y cientos de miles de familias se enfrentan a la incapacidad de asegurarse las necesidades básicas de alimentación.
El Proyecto de la Estrategia Nacional de la Seguridad Alimentícia, elaborado por el gobierno en cooperación con el Instituto Internacional de Investigación de Política de Alimentación (IFPRI)[3], ha demostrado que el 32% de los habitantes de Yemen carecen de protección alimentaría. Eso significa que prácticamente un tercio de los yemenitas, 7.5 millones, sufre hambre y no consigue alimentos suficientes. El 57% de los niños sufre de malnutrición.
La tasa de pobreza según los censos oficiales ha subido a 42.8% en el 2010, desde un 33.8% del 2009. La pobreza crece particularmente en zonas rurales, donde según datos del gobierno ha alcanzado al 47.6% de la población en 2010, en comparación con el 38.5% del 2009, En el medio urbano la tasa alcanzó 29.9% en comparación con 19.7% del 2009.
Yemen está clasificado entre los países de menor crecimiento. Está en el lugar 133 entre los 169 países cubiertos por el Informe de Desarrollo Humano 2010 del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas[4]. El 15.7% de los yemenitas vive con menos de un dólar por día, y el 45.2% con menos de dos dólares por día.
El minúsculo lugar de la mujer Varios estudios indican que las yemenitas representan más del 50% de la totalidad de los habitantes del país, mientras que su tasa de trabajo no supera el 20%, la mitad en el sector de la agricultura, mientras que en el sector de la administración pública y los servicios, no supera el 0.9%. En los demás sectores la participación de la mujer es muy débil debido a factores varios, entre ellos las tradiciones sociales que siguen en cierta medida sin aceptar el trabajo de la mujer y una tasa muy importante de analfabetísimo entre las mujeres, que alcanza un 79.2%, contra con 36% en los hombres. La participación de la mujer en la docencia no supera el 17.3%, en comparación con el 82.7% de los varones en la educación primaria. En la educación segundaria, la mujer participa en la docencia en un 22.8%, comparado a 77.2% de los varones. En el sector administrativo de la educación, las mujeres participan en una tasa que no supera los 11.5% de la totalidad de los funcionarios y educadores. |
El país produce menos del 20% de los alimentos que consume la población, e importa alrededor del 75%, entre ellos 2.1 millones de toneladas de granos por año. La mayoría de las tierras y el agua del país se usa para el cultivo del khat (catha edulis), una droga estimulante muy popular en el África Oriental y el sur de la península arábiga.
La producción petrolera, que alcanzó alrededor de 300.000 barriles por día en el 2010, aseguraba el 60% de los ingresos del Estado. Esa producción ha bajado a causa de la revolución del Levantamiento Popular de la Juventud. La tasa de crecimiento económico, que había alcanzado 4.5% en al año 2010, bajó a 3% en la primera parte del 2011 y luego a 1.5% a partir de junio. La actividad en los sectores de construcción y comerció cayó de 80 a 90%, mientras que el turismo se paralizó casi totalmente. El beneficio previsto en el sector privado, evaluado en 17 mil millones de dólares desde el principio de año, no se ha concretado.
La actividad turística interna y externa ha bajado un 95%. El transporte, muchos de los proyectos de desarrollo e inversión, el sector empresarial y las ventas en distintos sectores económicos sufren una parálisis importante, mientras que los sectores de la construcción, el sector inmobiliario y el sector de importaciones se han detenido completamente.
Se agota el agua
El mejoramiento del sector agrícola enfrenta numerosos obstáculos que engloban la escasez de tierras fértiles, que representan 3% de la superficie total, el agotamiento de las fuentes de agua, el poco crédito y la poca inversión en infraestructura de producción y de mercadeo. La agricultura apenas alcanza 1,25% del total de inversión. El subsidio financiero estatal a la agricultura está centrado en raciones de ganado, fertilizantes y gas oil para hacer funcionar los tractores y las bombas para riego. El Informe de Desempeño del Gobierno revela que el modesto crecimiento del sector agrícola de 3% es a consecuencia del agotamiento de los recursos hídricos, de la demora en la ejecución de los objetivos del plan para achicar la superficie de sembrado de khat y dejarla en 10% del total (actualmente ocupa el 25% de la superficie sembrada y 30% de uso de agua), además de la superficie limitada de tierras agrícolas.
Un nuevo documento oficial revela que el sector del agua necesita alrededor de 4.430 millones de dólares en los próximos 10 años, según las necesidades evaluadas por la Estrategia Nacional de Agua. Para satisfacer esas necesidades el gobierno busca captar recursos de donantes como los países del Consejo de Cooperación del Golfo. Eso exige entre otras cosas mejorar las capacidades administrativas de las ayudas, el cuidado de las buenas prácticas confiables y la gestión de agua.
Según el Cuarto Plan de Desarrollo Económico y Social para la Reducción de la Pobreza 2011-215, citado en el Proyecto de documento del programa para el Yemen (2012-2015) de la ONU (setiembre 2011)[5], el sector hídrico enfrenta dificultades severas que se originan en la falta de financiamiento del sector, que necesita enormes recursos para concretar sus objetivos. Los principales problemas son la escasez de agua dulce y el peligro del crecimiento de la tasa de polución y la ocurrencia de inundaciones, el aumento del periodo de sequía acompañado por el aumento de la extensión geográfica afectada, además de la competitividad en los distintos usos del agua y el acceso limitado al agua potable y los servicios de saneamiento, la insuficiencia de la organización administrativa y institucional, que sufre de la fragmentación en una gran medida con la superposición de las responsabilidades. También contribuyen a agravar esta situación la insuficiencia en la coordinación y la cooperación entre las distintas partes interesadas en el sector de la administración del agua[6].
Se indica en el mismo informe que la tasa de cobertura del agua potable y saneamiento alcanzó al final del 2010 alrededor del 60% y 30% respectivamente de los habitantes de la ciudad. La cantidad de agua producida en las ciudades principales y secundarías en el año 2010 se estima en 148 millones metros cúbicos, con un crecimiento evaluado en 21 millones de metros cúbicos con respecto al año 2005. La cantidad de agua consumida fue evaluada en 104 millones de metros cúbicos con un aumento evaluado en 20 millones de metros cúbicos. La diferencia entre la producción y el consumo representa una perdida que alcanza el 30% de lo producido[7].
En las zonas rurales, la tasa de cobertura por los servicios de agua y saneamiento alcanzó 50% y 25% respectivamente, de la totalidad de los habitantes al final del año 2010.
Se estima que la totalidad de los recursos hídricos renovados anualmente se eleva a 2.5 mil millones de metros cúbicos, de los cuales 1.500 millones de aguas profundas y 1.000 millones de metros cúbicos de aguas superficiales. Se evalúa que la cantidad de agua usada es de alrededor de 3.400 millones de metros cúbicos, lo que significa que hay una brecha de alrededor de 900 millones de metros cúbicos entre lo que se ofrece y los que se usa efectivamente. Se considera que el exceso de bombeo de las aguas profundas es uno de los factores de agotamiento, aunque con niveles distintos entres las cuencas acuíferas y que algunas están sometidas a un exceso de bombeo evaluado en alrededor de 250 a 400%. Hay unos 45 mil pozos particulares en el país y alrededor de 200 plataformas de perforación.
[2] Transparency International. 2010 Corruption Perceptions Index.<www.transparency.org/policy_research/surveys_indices/cpi/2010/results>.
[3] Ver: <www.ifpri.org/publication/health-nutrition-and-risk-management>.
[4] Ver: <undp.org/en/media/HDR_2010_ES_Table1_reprint.pdf>.
[5] Ver: <www.undp.org/execbrd/pdf/DPDCPYEM2s.pdf>.
[6] Ibid.
[7] Ibid.