Los efectos acumulados de la desigualdad

Himanshu Jha, Yogesh Kumar
Social Watch India

La discriminación contra las mujeres, desde el nacimiento o incluso antes, les garantiza un papel marginal en la sociedad india y asegura que sean más pobres, menos educadas y con más riesgos de desempleo y salud que los hombres. Los efectos acumulados de esas desigualdades agravan la necesidad, pero lo contrario también es verdad y al atender la desigualdad un efecto multiplicador positivo puede reducir la pobreza.

La lucha contra la desigualdad de género para erradicar la pobreza ha sido propuesta y reiterada de distintas formas y en diversos foros. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio incluyen la eliminación de la disparidad de género en la enseñanza primaria y secundaria preferiblemente para 2005 y en todos los niveles para 2015. El Décimo Plan Quinquenal de India incluye el objetivo de desarrollo nacional de reducción de la brecha de género en materia salarial y de al menos 50% del analfabetismo para 2007.[1] El presente trabajo analiza la actual situación de la pobreza y el género en India.

El informe Beijing Betrayed (Beijing traicionada) que la organización Women’s Empowerment and Development Organization presentara en la Conferencia Beijing+10 de la ONU mencionó a “la creciente pobreza [como] una poderosa tendencia… que perjudica a millones de mujeres en todo el mundo”.[2] En India la mayoría de los 260,3 millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza[3] son mujeres. La pobreza se agravó tras las reformas económicas que incorporaron las fuerzas de la globalización al país de tal manera que se informalizó el trabajo femenino y se impusieron límites sobre los derechos de producción de los recursos naturales.


Los indicadores de pobreza se expandieron a medida que se amplió el concepto de la pobreza. Junto con el consumo, el ingreso, las capacidades y los derechos socialmente otorgados, el concepto de pobreza incluye a la vulnerabilidad, la inseguridad y la indefensión ante la crisis. Un aspecto interesante de la pobreza femenina es cómo están relacionadas entre sí las causas de sus múltiples manifestaciones. Las iniciativas políticas deben ser sensibles a la centralidad de este tema debido a los “vínculos sustanciales entre las acciones y las conquistas sociales de la mujer” y la naturaleza multidimensional de la pobreza.

El índice de feminidad (el número de mujeres cada 1.000 hombres en la población) de India es un indicador demográfico que inquieta. Según el Censo de 1991 solo había 927 mujeres cada 1.000 hombres. Si ambos sexos recibieran un tratamiento igualitario la relación estimada para la India sería de 105 mujeres cada 100 hombres. Como señalara Amartya Sen, con una población de mil millones de personas tendría que haber 512 millones de mujeres en el país, pero la población femenina se calcula en solamente 489 millones, lo que implica que hay 25 millones de “mujeres desaparecidas”. A estas mujeres desaparecidas se les discrimina antes de su nacimiento de tal manera que nunca llegan a nacer o son discriminadas en vida de tal manera que no se les permite sobrevivir.[4]

Los analistas apuntan a “la brecha en la proporción de mujeres que existe entre las poblaciones de las regiones del noroeste y el sudeste”, siendo estas últimas más benévolas con las mujeres. Las regiones desarrolladas como Haryana, Gujarat y Delhi, y enclaves desarrollados dentro de las mismas como Nueva Delhi, tienen proporciones de mujeres menos favorables. De hecho, la desigualdad de género tiende a intensificarse con el desarrollo y la globalización.

Las rigideces del mercado de trabajo se eliminaron y se adoptó una política de flexibilidad laboral en el pasaje hacia la desregulación del mercado. El énfasis político puesto en las políticas de flexibilización, su respuesta a las incertidumbres del mercado y los esfuerzos por reducir costos implican una reducción en la fuerza de trabajo “que depende de formas cada vez más irregulares de empleo [y la] naturaleza temporal del contrato de trabajo”.[5] Muchas de las áreas afectadas por la política coincidían con las “características asociadas con el patrón histórico de participación femenina en la fuerza de trabajo”.[6] Asimismo, “la transformación industrial y los Centros de Empleo condujeron a la sustitución de las trabajadoras en situaciones apremiantes y, por lo tanto, menos móviles”.[7]

Desigualdad de género y pobreza

La naturaleza dispar pero interrelacionada de las desigualdades de género fue abordada en detalle por Amartya Sen,[8] quien indagó en las desigualdades de la mortalidad, la natalidad, los servicios básicos, las oportunidades, la vida profesional, la propiedad y los hogares. Estos no están relacionados entre sí pero también contribuyen a la pobreza femenina.

Los distintos tipos de desigualdades son graves impedimentos para liberar las capacidades y opciones individuales. Su efecto acumulado agrava la necesidad económica, que a su vez refuerza otros tipos de penurias. El desarrollo en ciertos ámbitos también ejercen un efecto multiplicador. Saber leer y escribir, por ejemplo, tiene un impacto positivo en los niveles de nutrición, atención médica y oportunidades de trabajo.

Mujeres y salud

La mortalidad femenina es mayor entre las recién nacidas (“una de cada seis muertes de niñas menores de un año se debe específicamente a la discriminación sexual”[9]) y entre las niñas menores de cinco años, donde la mortalidad es 18% superior a la de los varones. Se calcula que “de los 15 millones de niñas nacidas en India por año aproximadamente 25% no vivirán para cumplir los 15 años”.[10] La mortalidad infantil no siempre está correlacionada positivamente con el desarrollo. En el estado de Haryana, que posee un ingreso per cápita relativamente elevado, la “mortalidad infantil… es de 68 cada 1.000 nacidos vivos, cuatro veces más que en el estado de Kerala”.[11] El aborto selectivo según el sexo es un mecanismo de discriminación incluso antes de que nazca la niña, facilitado por la tecnología que determina el sexo del niño durante el embarazo (denominado “sexismo de alta tecnología” por Amartya Sen). Adicionalmente se encuentra deficiencia crónica de energía en casi 40% de las mujeres adultas. En las ciudades de Calcuta, Hyderabad y Nueva Delhi el porcentaje de mujeres anémicas es de 95%, 67% y 73% respectivamente.[12] Como no existen centros de maternidad accesibles en la mayor parte del país, “300 mujeres indias mueren por día durante el parto o por causas derivadas del embarazo”.[13]

Existe una pronunciada discriminación contra las mujeres en lo que concierne a la disponibilidad de centros de salud y enseñanza. Un estudio realizado en la región de Punjab demostró que el gasto médico que las familias dedicaban a los varones era 2,3 veces mayor al de las niñas. La mortalidad materna es superior, especialmente en las zonas rurales. “Se calcula que en todo el país solamente entre 40 y 50% de las mujeres reciben atención prenatal… Las muertes derivadas del embarazo representan 25% de todas las fatalidades entre mujeres de 15 a 29 años.”[14]

Educación

La situación no mejora en la enseñanza. El 45% de las mujeres saben leer y escribir, comparado con el 68% de los hombres.[15] De los 130 millones de niños de 6 a 11 años que no van a la escuela hay un 60% de niñas. Solo 59% de los alumnos de enseñanza primaria llegan al quinto año escolar.[16] Asimismo, solamente 39% de las niñas (comparado con 64% de los varones) mayores de 7 años saben leer y escribir.[17] La alfabetización es un “pronosticador mucho mejor de muchos indicadores sociales de las familias, como la mortalidad infantil”. La exclusión de las mujeres es incluso mayor en los niveles superiores de la enseñanza y capacitación profesional. Las mujeres que acceden a las profesiones de mayor nivel inevitablemente se topan con un techo de cristal y permanecen en los niveles inferiores o intermedios de la jerarquía.

El desempleo y el subempleo es superior entre las mujeres que entre los hombres. Ocurre lo mismo con las mujeres universitarias. Entre los egresados de enseñanza terciaria “el desempleo fue inferior a 9% para los hombres pero de 27% para las mujeres”. Un mayor analfabetismo redujo el número de mujeres en categorías laborales que requieren mayor capacitación educativa y profesional. En general, la participación femenina en el mercado de trabajo es de 32%,[18] con variaciones entre los estados. Los estados de Tamil Nadu Kerala, Andhra Pradesh y Maharashtra muestran “una participación laboral mucho mayor que los principales estados del norte y el este”.[19] En todo el país, las mujeres solo comprenden 18% del sector formal y apenas 9,2% de las mujeres con trabajo ocupan cargos de tiempo completo, en comparación con 18% de los hombres con trabajo.

Las diferencias salariales entre trabajadores hombres y mujeres existen en todos los sectores y aumentaron desde la década de 1990. Las mujeres trabajan principalmente en la agricultura y el sector informal. Comprenden 32% de la fuerza laboral del sector informal, incluida la agricultura, y 20% del sector informal no agrícola.[20] “En el sector no agrícola es más probable que las mujeres trabajen por cuenta propia o sean trabajadoras temporales”. Del total de mujeres con trabajo hay un 42,5% de trabajadoras temporales remuneradas.

En las zonas urbanas una “proporción significativa de mujeres trabajadoras tiene empleo en sectores no sindicalizados como las industrias del hogar, el comercio minorista y actividades de servicios y construcción.”[21] Una gran cantidad de mujeres también realiza “labores invisibles”, como el trabajo en la casa, el trabajo subcontratado en el hogar (que comprende 49% del trabajo realizado en el hogar), trabajo a domicilio o de venta ambulante.[22] La mayoría de los empleos del sector informal carece de contratos o ingresos estables. De hecho, la participación femenina en el empleo informal disminuyó durante la década de la liberalización. “Bajó de 21,5% en 1993-1994 a 19,9% en 1999-2000.”[23] Simultáneamente la brecha salarial entre hombres y mujeres aumentó entre las personas con baja remuneración. La mayoría de estos trabajadores trabaja por cuenta propia o de manera temporal, y las mujeres ocupan las situaciones más vulnerables.

Las mujeres también están marginadas porque carecen de poder en diversas actividades económicas, sociales y políticas. El régimen jurídico y las prácticas sociales con respecto a la propiedad y la herencia discriminan a la mujer, salvo en algunas áreas donde existen estructuras de familia matrilineales. Las estructuras sociales, políticas y familiares no incluyen a las mujeres en la toma de decisiones. Esto no afecta solamente a la mujer en la sociedad, la economía y la familia, sino que también contribuye a su baja autoestima. El empoderamiento de la mujer, en lo que refiere a “capacitar a la mujer para que comprenda, enfrente y supere la opresión de género”, es un proceso que requiere pasos económicos, sociales y políticos, todos dados de manera coordinada. Es necesario hacer hincapié en esto porque distintas formas de desigualdad se refuerzan mutuamente y sus soluciones tienen interconexiones similares. Algunos aspectos políticos y procesos de desarrollo también están interconectados, como las mejoras en el porcentaje del analfabetismo, que a su vez mejoran la nutrición, la educación familiar y las oportunidades profesionales.

Políticas gubernamentales

El desarrollo de la mujer adquirió un interés central luego del informe del Comité sobre el Estado de la Mujer en India (1974) y el énfasis que recibiera en el Quinto Plan Quinquenal.[24] La Política Nacional para el Empoderamiento de la Mujer (2001) y el Plan Nacional de Acción para el Empoderamiento de la Mujer del Décimo Plan Quinquenal señalan estrategias para el empoderamiento social y económico y la justicia de género. Algunos programas específicos de estas categorías son Sarva Shiksha Abhiyan y Mahila Samakhya, dirigidos a las niñas. Entre los programas de empoderamiento económico están Swayamsiddha, Swashakti, Swablamban Siksha Kendra, Swadhar, Rashtriya Mahila Kosh y el programa de Respaldo a los Proyectos de Capacitación y Empleo. El Programa Nacional para la Educación de Niñas a Nivel Primario se inició en 2004 para brindar especial énfasis dentro del programa Sarva Siksha Abhiyan con apoyo adicional a la enseñanza de las niñas en ese nivel.

Las mujeres del ámbito rural de familias que viven por debajo de la línea de pobreza fueron el objetivo del programa de Desarrollo de Mujeres y Niños en Zonas Rurales, que comenzó como un proyecto piloto en 1982. El programa pretendía dar a las mujeres pobres acceso al trabajo, la capacitación, el crédito y otros servicios de apoyo. Se formaron grupos de mujeres para combinar servicios como bienestar familiar, cuidado de los niños, nutrición, educación, agua potable y saneamiento. El programa Jawahar Rozgar Yojna, operativo desde 1989, apunta a “la generación de más empleos remunerados”[25] otorgando un medio de vida a personas en niveles críticos de subsistencia. No obstante, análisis realizados sobre la labor de este programa concluyeron que “la participación femenina en el trabajo generado era mediocre y que existían diferencias salariales entre los trabajadores y las trabajadoras”.[26]

Los programas gubernamentales, aunque son ricos en ideas y abarcan distintos aspectos del empoderamiento, comparten numerosos problemas con otras iniciativas del gobierno. Entre esos problemas están las partidas presupuestarias. Muchas veces el problema se reduce a “demasiado poco, demasiado tarde”, lo que genera una acumulación de trabajo y déficit presupuestarios. Con respecto al Presupuesto 2005-2006 se argumenta que hace falta intervención pública directa para atacar los problemas en la generación de empleos. “El propio gobierno calcula que ese proyecto costaría al menos Rs 25.000 crores[27] [USD 5.700 millones] por año, mientras otros calculan que rondaría los Rs 45.000crores [USD 10.300 millones] por año. [Sin embargo] en el presupuesto actual la partida propuesta para el programa de Alimentos para el Trabajo representa solamente Rs 5.400 crores [USD 1.200 millones], un incremento relativamente pequeño de Rs 3.582 crores [USD 818,9 millones], mientras la partida para Sampoorna Grameen Rozgar Yojana[28] se redujo en Rs 990 crores [USD 226,3 millones]. Esto sugiere que incluso la minucia fijada por la Ley de Garantía de Trabajo es a costo de otros programas de trabajo, en lugar de sumarse a ellos.”[29]

También existe el eterno problema de la aplicación. El desarrollo, en lugar de tratarse como una iniciativa, es tratado como una rutina de gobierno. Los programas de gobierno también están afectados por el alto costo de su implementación, lo que deja menos recursos para el desarrollo en la práctica. El gobierno central decide las partidas financieras para estos programas, pero son los estados quienes las instrumentan. La voluntad política y la eficacia administrativa de los gobiernos estatales suelen diferir del “diseño central” de los programas. La dinámica fortuita de la organización gubernamental federal afecta la buena instrumentación de estos programas.

Las mujeres en la política

En el ámbito del empoderamiento político observamos que, aunque existe un renacimiento a nivel de las bases, la representación femenina sigue siendo muy menor en los niveles superiores de toma de decisiones. A pesar de todos los obstáculos económicos y de la estructura social, algunos grupos organizados y no organizados de mujeres están tomando iniciativas en el campo político y social.

Las Enmiendas Constitucionales 73 y 74, de 1992, fueron un gran paso para el empoderamiento político de las mujeres. Las enmiendas establecen que un tercio de los cargos en todos los niveles de las instituciones locales estarán reservados para las mujeres.[30]

Las instituciones de Panchayati Raj[31] se convirtieron en vehículos efectivos para el empoderamiento político de la mujer al expandir el liderazgo femenino y otorgarle a la mujer el poder de tomar decisiones en los niveles locales. “Las mujeres dirigen cerca de 175 Panchayats de distrito,[32] más de 2.000 Panchayats de ‘bloque’ y unos 85.000 Panchayats de gram”.[33] En algunos estados, como Kerala, Karnataka, Andhra Pradesh, Tamil Nadu y Madhya Pradesh hay más que el 33% obligatorio de mujeres ocupando las bancas. Nuevamente, “los estados del sur fomentan mejor ese liderazgo en comparación con los estados del norte”.[34] En algunos estados existen Panchayats exclusivamente femeninos que realizan una labor encomiable, especialmente en el campo de la enseñanza primaria. No obstante, existen graves obstáculos al liderazgo femenino debido al analfabetismo, las tradiciones patriarcales y las restricciones producto de la estructura social. Algunos de los problemas surgen de la renuencia y la falta de confianza de los altos funcionarios. La descentralización fiscal es el problema más común de los Panchayats.

Las nuevas instituciones Panchayati Raj incorporaron a las mujeres a las instituciones de gobierno local, pero el empoderamiento político no puede florecer por causa de procesos políticos, instituciones, estructuras sociales y normas dominadas por los hombres.

En niveles superiores institucionales y de toma de decisiones la representación femenina sigue siendo sumamente limitada. Recientemente India ocupó el lugar 93 entre 185 países calificados según el porcentaje de mujeres en el Parlamento nacional.[35] En la Lok Sabha (Cámara del Pueblo) solamente hay 45 mujeres entre los 543 legisladores, aproximadamente 8,3%. Del total de 242 integrantes del Rajya sabha (Consejo de los Estados) solo 28 son mujeres, apenas 11,6%.

Conclusiones

A pesar de las mejoras categóricas de la situación femenina en India desde su independencia, el panorama sigue siendo sombrío. Esto es verdad especialmente con respecto a la pobreza, el trabajo, la atención médica y la enseñanza. Es verdad que se logró el empoderamiento social y político, pero ante la ausencia de empoderamiento económico que lo complemente las mujeres permanecen en la pobreza y la exclusión. Los organismos dedicados al desarrollo abogan por la “creación de un entorno jurídico, social y económico favorable (de suma importancia) para lograr la reducción de la pobreza y los objetivos de empoderamiento de la mujer”.[36]

Notas:

[1] PNUD India. “India Human Development Goals”, www.undp.org.in/ihdg.htm
[2] Women’s Empowerment and Develpment Organization. Beijing Betrayed. Women Worldwide Report that Governments Have Failed to Turn the Platform into Action, Nueva York, 2005.
[3] Kundu, Swati Lodh. “Poverty of reforms in India”. 4 de marzo de 2005, www.atimes.com/atimes/South_Asia/GC04Df07.html
[4] “Women in India. How Free? How Equal?”, informe encargado por la Oficina del Coordinador Residente de Naciones Unidas en India, 2001.
[5] Majumdar, Indrani. Emergent Contradictions: Globalization and Women Workers in India. Nueva Delhi: Centre for Women’s Development Studies, mayo de 2004.
[6] Naciones Unidas. 1999 Survey of Women, Globalization Women and Work, 2000.
[7] Majumdar, Indrani, op cit.
[8] Sen, Amartya. “Many Faces of Gender Inequality”, en The Frontline, 9 de noviembre de 2001.
[9] Coonrod, Carol. “Chronic Hunger and the Status of Women in India.” Junio de 1998; www.thp.org/reports/indiawom.htm
[10] Ibid.
[11] Ministerio de Finanzas, Gobierno de India. “Economic Survey 2003/2004”. http://indiabudget.nic.in/es2003-04/chapt2004/tab91.pdf
[12] Coonrod, Carol, op cit.
[13] Mohan, Raman. “Tales that ‘missing women’ tell”. 4 de agosto de 2002; www.tribuneindia.com/2002/20020804/herworld.htm#1
[14] Ibid.
[15] Banco Mundial, Genderstats; http://genderstats.worldbank.org/home.asp
[16] UNICEF. Panorama: India. 2001; www.unicef.org/spanish/infobycountry/india_india_statistics.html
[17] Coonrod, Carol, op cit.
[18] Banco Mundial, op cit.
[19] Ghosh, Jayati. “Globalization and Women in India: Some Macro Conclusions”, ponencia presentada en el Seminario sobre la Globalización y el Movimiento Femenino en India, CWDS, Nueva Delhi, 2005.
[20] Unni, Jeemol y Uma Rani, 2003, www.india-seminar.com/2003/531/531%20jeemol%20unni%20&%20uma%20rani.htm
[21] Ministerio de Finanzas, Gobierno de India, op cit.
[22] Unni, Jeemol y Uma Rani, op cit.
[23] Majumdar, Indrani, op cit.
[24] Comisión de Planificación, Gobierno de India, Quinto Plan Quinquenal.
[25] Comisión de Planificación, Gobierno de India, Noveno Plan Quinquenal.
[26] Chelliah, Raja J. y R. Sudarshan, editores. Income Poverty and Beyond: Human Development in India. Nueva Delhi: Social Science Press, 1999.
[27] Nota del editor: un crore equivale a 10 millones de rupias.
[28] El objetivo de este programa es brindar empleo remunerado y seguridad alimentaria en zonas rurales, junto con la creación de valores comunitarios, sociales y económicos duraderos.
[29] Ghosh, Jayati. “Budget 2005: Reality Check”, en Frontline, 20 de marzo de 2005.
[30] Declaración del Murli Manohar Joshi, Ministro de Desarrollo de Recursos Humanos en Women 2000: Gender Equity, Development and Peace for the Twenty First Century, 5 de junio de 2000.
[31] La Ley de la 73ª Enmienda Constitucional de 1992 incorporó el concepto de Panchyati Raj, que es una forma de autogobierno local.
[32] Un panchayat es un consejo. Cada estado en India se divide en distritos, cada distrito en “bloques” y cada bloque en grams. Los consejos existen en todos los niveles.
[33] Kumar, Shradha y Sanjay Upadhyaya, “Grassroots Democracy: Local Governance Watch”, 28 de diciembre de 2004; www.socialwatchindia.com
[34] Ibid.
[35] Unión Interparlamentaria. “Women in National Parliaments”. 28 de febrero de 2005.
[36] Naciones Unidas. “Poverty in a Globalizing World at Different Stages of Women’s Life Cycle”, 19 de noviembre de 2001.

Himanshu Jha integra Social Watch India. Yogesh Kumar es Director Ejecutivo de Samarthan y Coordinador Nacional de Social Watch India.