Ayuda insuficiente, avances muy lentos

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 Los informes oficiales de seguimiento sobre los ODM afirman que el país ha avanzado en varias de las metas y está encaminado hacia el logro de otras. Sin embargo, este es un enfoque puramente cuantitativo que no refleja el real desarrollo humano de la sociedad marroquí. Los problemas en la implementación de la escasa Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) – por ejemplo en los programas educativos – impiden concretar las intenciones del Gobierno y la sociedad civil por eliminar el analfabetismo y lograr un acceso universal al sistema.

Tras el abandono de los planes de desarrollo y ante la incoherencia entre la gestión pública y el compromiso político del Gobierno, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) siguen siendo la referencia principal para los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil marroquíes, que exigen un mejor desempeño y más avances. La Declaración del Milenio incluye un mecanismo de seguimiento de su implementación, principalmente mediante informes periódicos de los gobiernos sobre los avances en la realización de los ODM, elaborados con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas. En Marruecos, los informes del Alto Comisionado para el Plan insisten en un enfoque cuantitativo que termina  repitiendo clisés del tipo “hemos logrado algunos objetivos y estamos en buen camino hacia los restantes”.

Asistencia al desarrollo : una mínima porción del presupuesto

El Informe Nacional 2009 sobre la realización de los ODM subraya que Marruecos, que suscribió la declaración de París sobre la eficacia de la ayuda, participó en 2008 en la segunda encuesta de seguimiento de los indicadores realizada bajo la égida del Grupo de trabajo sobre la eficacia de la ayuda de la OCDE y más específicamente del Comité de Ayuda al Desarrollo.

Este estudio muestra que la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) que recibe Marruecos – que alcanzó la suma global de USD 2.269 millones en 2007 – representaría solamente el 12,6% del presupuesto nacional (unos USD 18.000 millones)[1]. En este informe el Banco Mundial es presentado como el principal socio financiero, con 18,8 % del total de la AOD brindada a Marruecos (USD 426 millones). Le sigue la Unión Europea con 13,6% (USD 308 millones), el Banco Europeo de Inversiones con 9,7% (USD 221 millones). El Sistema de las Naciones Unidas colabora solamente con el 1% del total de la AOD (USD 22,5 millones), seguido por Estados Unidos con 0,9% (USD 20 millones)[2].

Las organizaciones de la sociedad civil subrayan la muy escasa participación de la AOD en el financiamiento del desarrollo en Marruecos. Se constata, al mismo tiempo, que finalmente son el Estado y los ciudadanos marroquíes quienes soportan la mayor parte de este financiamiento.

“Asistencia” del Banco Mundial

No se explica por qué el Banco Mundial figura en tan buena posición entre las organizaciones que brindan ayudan al desarrollo de Marruecos. Se trata ante todo de un banco y gran parte de los fondos otorgados son préstamos – y no donaciones – que habrá que devolver con intereses. Además, una parte de las escasas donaciones de esta institución, y de muchos otros organismos internacionales de crédito, está reservada para la financiación de estudios técnicos tendientes a preparar la asignación de los préstamos para el desarrollo.

Algunos proyectos de carácter social, que cuentan con el apoyo del Banco Mundial, son:

  • mejorar la formación básica de adultos, Alpha Marruecos (USD 4,1 millones).
  • apoyo a la reformulación de la educación básica (USD 80 millones).
  • mejorar la calidad del sistema educativo (USD 130,3 millones).
  • reforma de la enseñanza superior (USD 76 millones).
  • Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano (INDH). Este préstamo apunta a reducir la pobreza, la vulnerabilidad, la precariedad y la exclusión social, fortaleciendo la capacidad institucional (USD 100 millones).[3]

La profunda crisis del sistema educativo marroquí – al que se le acaba de hacer una enésima reforma llamada Plan de Urgencia (PU), con un costo de USD 5.300 millones – pone en duda la eficacia del Banco Mundial y desacredita su recurrente discurso sobre la buena gobernanza de los proyectos de desarrollo. Numerosas organizaciones de la sociedad civil han criticado la enorme distribución de recursos para proyectos de calidad dudosa, y por los cuales deberán pagar las generaciones venideras.

Cuestionando el destino de la AOD

En 2007 EEUU firmó un convenio con Marruecos en el marco de la Millenium Challenge Corporation (MCC) por un monto de USD 697,5 millones[4] – el más importante de los suscritos hasta ese momento por la MCC. Estos fondos tenían como objetivo el aumento de la productividad y la mejora de las oportunidades de empleo en los sectores con mejor potencial, previendo una mejora anual del PNB en USD 118 millones y, de acuerdo al director general de la MCC, John J. Danilovich, beneficiando directamente a 600.000 familias marroquíes[5].

Más de dos años después de su implementación, la diputada Salua Karkri Belkeziz, de la Unión Socialista de las Fuerzas Populares[6], denunció que sólo habían sido desembolsados USD 50 millones. El ritmo de entrega de los proyectos estaría entonces muy por debajo de los objetivos fijados. Los diputados también cuestionaron los criterios de selección, organización y distribución territorial utilizados en los proyectos clave.

Durante las discusiones sobre la estructura de distribución de los gastos de la AOD, representantes de la sociedad civil pusieron sobre la mesa algunas cuestiones a tener en cuenta al momento de evaluar las políticas de ayuda[7]:

  • ¿Cuál debería ser el nivel de ayuda?
  • ¿Cuáles deberían ser sus prioridades?
  • ¿Qué procedimientos deberían aplicarse para su implementación?
  • ¿De qué manera podría hacerse más participativo el proceso de la ayuda, de forma de asegurar una mejor gobernanza?

Falta de coordinación

En Marruecos, la AOD carece de coordinación y armonización. Si bien es cierto que hay una profusión de agencias, fundaciones y otras estructuras para el desarrollo social con competencias similares (entre otras, el Ministerio de Desarrollo Social, la Agencia de Desarrollo Social, las Agencias de Desarrollo del Norte, del Sur, del Este y la Agencia de Desarrollo Rural), los programas y proyectos de la cooperación internacional se superponen, lo que afecta principalmente la eficacia de la ayuda y del desarrollo en general. Es por eso que surge la idea de crear el “Grupo temático de armonización de proveedores de fondos”, un grupo de coordinación de la ayuda que tiene una docena de integrantes.

Esta estructura de control tiene como objetivos principales: proponer caminos y direcciones para mejorar la ayuda; editar una guía de buenas prácticas para uso de los socios técnicos y financieros que actúan en el país; y realizar propuestas concretas al Gobierno para optimizar los mecanismos de coordinación de la ayuda. Sin embargo, no está claro el lugar y el papel de la parte marroquí, que parece no existir en la estructura cuando naturalmente le correspondería dirigir el grupo temático.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Economía y Finanzas, en asociación con el PNUD y con la ayuda financiera de España y Francia, ha venido diseñando desde 2008 un Mapa de los Proyectos de Desarrollo mediante un sistema de información geográfica. Este proyecto pretende ser “una base de datos que asegure la gestión integrada de las informaciones concernientes al desarrollo, [permitiendo] al conjunto de los socios acceder a mediano plazo a datos completos y fiables sobre las intervenciones realizadas en el marco de la ayuda pública para el desarrollo, así como a los proyectos estructurales de desarrollo en Marruecos, brindando de esta manera una mejor visibilidad a la ayuda que el país recibe.”[8] El proyecto se define como una herramienta de comunicación, de publicación de la información, de trabajo en equipo y de coordinación.

El impacto en la educación

El sector educativo tiene fama de gastar la mayor parte del presupuesto, y es también el sector que más se beneficia de la cooperación internacional y la AOD[9]. Pero si bien los resultados cuantitativos parecen estar bien encaminados, desde el punto de vista de la calidad son extremadamente insuficientes. Los estudios internacionales sobre la evaluación de los conocimientos escolares adquiridos ponen en evidencia el escaso rendimiento de los alumnos marroquíes en ciencias, matemáticas y lectura[10].

Por ejemplo, el desempeño promedio de los alumnos marroquíes de 4° año de escuela en matemáticas fue de 347 puntos, muy por debajo del puntaje promedio internacional de 495. El 61% de los alumnos no cumple con las exigencias mínimas establecidas por el TIMSS para las matemáticas. En ciencias, el puntaje promedio de los alumnos marroquíes fue de 304 – también bastante inferior al promedio internacional de 489. Un 66% de los alumnos no cumple con las exigencias mínimas establecidas por el TIMSS para las ciencias.

La evidente preocupación del Gobierno por la situación crítica de la educación lo ha llevado a otorgar un lugar prioritario en su agenda. Como ya se dijo, la implementación del PU ha recibido un importante presupuesto. Entre los efectos positivos de esta implementación se destaca la construcción y la recuperación de muchos establecimientos educativos en el marco de la INDH, y la participación de la sociedad civil en la gestión de la educación preescolar en las zonas más alejadas del país. Además, se viene realizando una introducción progresiva de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la práctica educativa. Incluso a nivel de educación no formal se destaca la creación de un departamento dedicado a las TIC y a la alfabetización.

Sin embargo, la reforma introducida a través del plan nacional de educación y de formación fracasó, arrojando varias debilidades persistentes. En relación al UP, la frecuente utilización del francés (que no es manejado por toda la población) en los documentos técnicos de los proyectos del PU da como resultado cierta improvisación en la implementación de los proyectos elaborados. Hay también una falta de racionalización en la gestión de los recursos humanos, y una ausencia de docentes en muchos lugares, lo que limita la oferta escolar en las zonas más alejadas. A pesar de los numerosos programas el analfabetismo sigue siendo importante en relación a otros países con similar nivel de desarrollo, y no hay suficientes locales adecuados para los cursos de alfabetización. Las trabas económicas y las resistencias socioculturales para la capacitación de los adultos son numerosas, y el contenido de los programas de alfabetización no está adaptado a las necesidades específicas de las diferentes regiones.

Conclusión

Los ODM en Marruecos son principalmente un eslogan que se usa periódicamente en el momento de redactar y publicar informes internacionales. Luego no se vuelve a hablar de ellos, ni las autoridades públicas ni la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil. En cualquier caso, la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil para actuar directamente ante los proveedores de fondos sigue siendo escasa. A pesar de la escasez de la ayuda internacional, ésta no deja de ser una especie de mecanismo de vigilancia que empuja a las autoridades públicas a controlarse y a responder a las exigencias, lo que es esencial para el principal fundamento de la Declaración de París: un desarrollo verdaderamente nacional.

 

[1] Alto Comisionado para el Plan, Informe Nacional sobre ODM, Marruecos, 2009.

[2] Ibid.

[3] Banco Mundial, oficina de Rabat, Revista Nawafid Magreb, número 6, diciembre de 2007.

[4] La contribución del Gobierno estadounidense para el financiamiento del programa se estima en alrededor USD 250 millones.

[5] Maghreb Arabe Presse, Conferencia de prensa en Washington el 15 de septiembre de 2007.

[6] La Unión Socialista de las Fuerzas Populares es un partido político con representación en el Gobierno marroquí desde 1998.

[7] Entre los participantes de las discusiones había organizaciones de la sociedad civil (AMSED, OMDH, AMDH, UAF, CARREFOUR, FLDDF, Transparency, UMT) y profesores universitarios: Moussaoui Mohamed, Nadia Cebti, Maati Mounjib, Mustpha Bouhadou, Fatima Chahid, Meriem Benkhouya, Aziz Chaker, Abdellah Saaf, Saad Belghazi, Fillali Meknassi Saad, Khadija Ghamiri, Aicha Dariti, Youssef Chiheb, Najia Zirari, Samira El Ghazi, Fatma Outaleb, Aziz Chaker, Ahmed Bencheich.

[8] Alto Comisionado para el Plan, op. cit.

[9] Ver más arriba los ejemplos con las cifras de los préstamos del Banco Mundial destinados a apoyar las reformas de la educación, desde la alfabetización hasta la educación superior.

[10] TIMSS and Progress in International Reading Literacy Study (PIRLS) International Study Center. Ver: <timss.bc.edu>.