Rio2012: Dura puja por recursos financieros y transferencia de tecnología

Clausura de Rio2012.
(Foto: Mark Garten/ONU)

El delicado equilibrio que caracteriza el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (Rio2012) es motivo de satisfacción para los gobiernos. Sin embargo, muchos de ellos muestran profunda decepción por el escaso alcance del capítulo relativo a los recursos financieros y la transferencia de tecnología, considerado un retroceso por algunos negociadores, según el análisis de la Red del Tercer Mundo (TWN).

Los países industrializados y el Sur en desarrollo manifestaron posiciones muy divergentes al respecto a lo largo de las negociaciones, seguidas muy de cerca por los expertos de TWN.

Desde la perspectiva del Grupo de los 77 (G-77, expresión del mundo en desarrollo en la comunidad internacional) y China, sin la financiación necesaria y la transferencia de tecnología será difícil cumplir con los muchos y ambiciosos compromisos del documento final de Rio2012, titulado “El futuro que queremos”.

El borrador final fue acordado por todos los países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y aprobado por los jefes de Estado y de gobierno en la última jornada de la Conferencia, el viernes 22.

Sin embargo, Bolivia, Cuba, Kenia, Venezuela y Egipto (este último en nombre de las naciones árabes), entre otros países, ya había expresado su insatisfacción por lo que perciben como falta de compromiso de los países industrializados para proporcionar financiamiento y transferir tecnología, falta de compromiso a la cual calificaron de “retroceso”.

Sin embargo, hay señales de alivio porque el documento prevé elementos necesarios para resolver y facilitar en el futuro los denominados “medios de ejecución”, es decir mecanismos para aportar financiamiento y transferir tecnología.

Un “proceso intergubernamental” en el marco de la Asamblea General de la ONU estará a cargo de proponer opciones hacia una "Estrategia para el Financiamiento del Desarrollo Sustentable" eficaz, es decir para facilitar la movilización de recursos en pos de los objetivos en esa materia. Del mismo modo, se creará un mecanismo para facilitar la transferencia de tecnologías ambientalmente adecuadas. El documento también compromete a los países a estudiar mejoras en las modalidades de acceso a estas tecnologías por parte de los países en desarrollo.

 

Finanzas: No hay números ni recursos nuevos

El problema de la financiación fue uno de los más polémicos en las negociaciones. Las propuestas iniciales del G-77 y China pedían al Norte industrial más de 30.000 millones de dólares anuales en recursos nuevos y adicionales entre 2013 y 2017, la movilización de más de 100.000 millones después de 2018 en adelante y trabajar hacia la creación de un mecanismo de financiamiento, incluyendo un fondo para el desarrollo sustentable.

Pero Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda y Suiza insistieron en que les sería imposible comprometerse a aportar nuevos fondos, y el G-77, finalmente, retiró su propuesta. En su lugar, propuso establecer un proceso intergubernamental a cargo de la Asamblea General de la ONU para definir un marco hacia el suministro de nuevos recursos financieros y que incluyera la transferencia de tecnología. La iniciativa quedó así muy atemperada, pero aun así fue criticada con fuerza por los países desarrollados. El G-77 ejerció una fuerte presión para mantenerla.

El 18 de junio, Brasil presentó un nuevo texto en las negociaciones informales, el cual ampliaba el proceso consultivo y definía con más precisión sus objetivos de lo que se definía como "Estrategia para el Financiamiento del Desarrollo Sustentable".

El nuevo texto dice: "Estamos de acuerdo en establecer un proceso intergubernamental de la Asamblea General de la ONU, con el apoyo técnico del Sistema de las Naciones Unidas, y evaluado en consulta amplia y abierta con instituciones financieras internacionales y regionales y con otras partes interesadas."

Además, el proceso será implementado por un comité intergubernamental, integrado por treinta expertos designados por los grupos regionales, con una representación geográfica equitativa, cuya tarea deberá quedar concluida en 2014. El informe resultante sería considerado por la Asamblea General.

Sin embargo, persistieron las objeciones especialmente de parte de Estados Unidos y Canadá. De todos modos, la Presidencia de la Conferencia, a cargo de Brasil, presentó su proyecto de texto final el 19 de junio con los párrafos en cuestión (255-257) sin cambios, lo cual constituyó una gran victoria para los países en desarrollo.

 

Derechos de propiedad intelectual quedaron intocados

En materia de transferencia de tecnología, los países desarrollados abandonaban, al parecer, los compromisos que habían asumido desde la Cumbre de la Tierra, celebrada también en Río en 1992. Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Australia rechazaban incluso la posibilidad de que el título del capítulo correspondiente aludiera al término "transferencia de tecnología". El título, finalmente, reza sólo "tecnología".

Estados Unidos, con apoyo de Canadá, pretendía que el documento dijera "transferencia voluntaria en los términos y condiciones mutuamente acordados" en todas las referencias a la transferencia de tecnología.

El G-77, sin embargo, había sido firme en que la transferencia de tecnología debe procesarse en términos favorables para el Sur, e incluso en condiciones concesionales y preferenciales.

En ese sentido, señalaron que el Plan de Aplicación de Johannesburgo, que tiene referencias a la promoción de la transferencia de tecnología y a la difusión de tecnologías ambientalmente adecuadas, ya alude a "condiciones favorables, incluso en condiciones concesionales y preferenciales, [y] mutuamente convenidas".

El término "voluntario" fue removido durante las negociaciones, mientras el nuevo texto presentado por Brasil el 18 de junio retuvo la fórmula "condiciones mutuamente convenidas".

En un intento de equilibrar el texto, la Presidencia brasileña también incorporó el lenguaje del artículo 7 del Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual (ADPIC).

La cláusula quedó redactada de este modo: "Hacemos hincapié en la importancia de implementar la transferencia de tecnología en condiciones mutuamente convenidas y de reafirmar que la protección y observancia de los derechos de propiedad intelectual deberán contribuir a la promoción de la innovación tecnológica y a la transferencia y difusión de la tecnología y al beneficio recíproco de los productores y usuarios de conocimientos tecnológicos, de modo que favorezcan el bienestar social y económico, y el equilibrio de derechos y obligaciones."

El G-77 había querido también considerar el impacto de los derechos de propiedad intelectual en el acceso a tecnologías ambientalmente adecuadas. Estados Unidos y otros países desarrollados, incluidos los de la UE, Japón, Australia y Suiza, querían retirar cualquier referencia a la cuestión.

El texto presentado el 16 de junio por Brasil retuvo la referencia a los derechos de propiedad intelectual e incluyó la fórmula "haciendo uso de las flexibilidades existentes y abordando la cuestión del acceso a las tecnologías, con especial atención a las necesidades de los países en desarrollo".

Después de las enérgicas objeciones de los países desarrollados, el texto evolucionó y en la propuesta del 18 de junio, la referencia a las flexibilidades fue removido y reemplazado por un lenguaje que reafirma el cumplimiento de los objetivos y principios de los ADPIC.

Según diversas fuentes, Estados Unidos se había opuesto firmemente a la idea de la transferencia de tecnología a los países en desarrollo en condiciones preferenciales y favorables. Alegó en ese sentido que también aspiraba a acceder a esas tecnologías y que no comprendía la razón de las preferencias a los países pobres y no a los ricos.

Además, Estados Unidos argumentó que cualquier transferencia de tecnología debía ser voluntaria y de mutuo acuerdo, porque de lo contrario sería "coercitivo e involuntario" y sus empresas luego sufrirían perjuicios por la violación de las normas sobre propiedad intelectual.

El intento del G-77 para enlazar la cuestión de los derechos de propiedad intelectual para el acceso a tecnologías ambientalmente adecuadas, y por lo tanto la necesidad de estudiar las modalidades para mejorar el acceso a esas tecnologías por parte de los países en desarrollo, fue fuertemente rechazado por Estados Unidos. Los representantes de ese país afirmaron que esto sería “reescribir” el Acuerdo sobre los ADPIC.

Al igual que Estados Unidos, Canadá y Japón exigieron que se mantuviera la referencia a las condiciones mutuamente convenidas, mientras que Japón, Suiza y la UE sugirieron que se suprimiera el párrafo relativo a los derechos de propiedad intelectual.

Al final, documento final recuerda las disposiciones sobre transferencia de tecnología, las finanzas, el acceso a la información y los derechos de propiedad intelectual tal como se acordaron en el Plan de Aplicación de Johannesburgo, en particular, su llamamiento a "promover, facilitar y financiar […] el acceso y el desarrollo, transferencia y difusión de tecnologías ambientalmente adecuadas y los conocimientos especializados correspondientes, en particular a los países en desarrollo, en condiciones favorables, incluso en condiciones concesionales y preferenciales, según lo acordado mutuamente."

Sin embargo, ante la insistencia de Estados Unidos, se añadió la siguiente frase: "También tomamos nota de la evolución de los debates y acuerdos sobre estos temas desde el Plan de Aplicación de Johannesburgo."

Finalmente, el párrafo sobre los derechos de propiedad intelectual fue retirado del proyecto de documento final, y con ello, la intención del G-77 de llamar la atención sobre los posibles perjuicios en el acceso de los países en desarrollo a las tecnologías ambientalmente adecuadas.

Sin embargo, el acuerdo mantuvo las referencias a la necesidad de estudiar en los foros pertinentes modalidades hacia un mejor acceso a estas tecnologías por parte de los países en desarrollo, abriendo opciones a futuras acciones al respecto.

Por otra parte, el documento final indica en su párrafo 275: "Pedimos a los organismos pertinentes de las Naciones Unidas identificar las opciones para un mecanismo de facilitación que promueva el desarrollo, la transferencia y la difusión de tecnologías limpias y ambientalmente sanas, evaluar las necesidades tecnológicas de los países en desarrollo, las opciones para hacerles frente y creación de capacidades [en ese sentido]. Pedimos al Secretario General […] hacer recomendaciones sobre el mecanismo de facilitación para la 67 Sesión de la Asamblea General de la ONU. "

Esto proporciona un vehículo para la futura transferencia de tecnología a los países en desarrollo.

Fuente

South-North Development Monitor: http://bit.ly/MkLRo