Promesas que no harán historia

Author: 
Roberto Bissio Coordinador, Secretariado Internacional de Social Watch

Según el Banco Mundial, en enero de 2010 había 1.500 millones de personas viviendo en la pobreza extrema. Por consiguiente, el objetivo de reducir la pobreza y el hambre a la mitad para 2015 – el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) – será imposible. Más aún, la falta de progresos significativos relativos al comercio, la deuda, la ayuda y la transferencia de tecnología (ODM 8) impide la creación de un entorno adecuado para alcanzar los ODM 1 a 6. En este contexto, el informe de la ONU “Repensando la Pobreza”, publicado en enero, es una importante contribución a las discusiones preparatorias de la Cumbre de los ODM que se celebrará en Nueva York en septiembre de 2010. Social Watch participará en ese evento, y sus grupos nacionales ya están escribiendo sobre sus propias experiencias.

En el año 2000, los jefes de Estado y de gobierno del mundo se comprometieron en la Declaración del Milenio a no escatimar “esfuerzos para liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y niños, de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema, a la que en la actualidad están sometidos más de 1.000 millones de seres humanos.” El primero de los ODM, extraído de la declaración, promete, precisamente, reducir la pobreza y el hambre a la mitad para 2015.

* En septiembre de 2008, el Programa de Acción de Accra sobre la eficacia de la ayuda, aprobado a nivel ministerial, estableció que “sin embargo, 1.400 millones de personas – la mayoría de ellas mujeres y niñas – todavía viven en la pobreza extrema...”

* En enero de 2010, el Banco Mundial anunció que “se estima que probablemente 64 millones de personas más estarán viviendo en la pobreza extrema para fines de 2010 debido a la crisis.”
 
Si en enero de 2010 había 1.500 millones de personas en extrema pobreza (1.400 millones en 2008 más 64 millones añadidos por la crisis en 2009), no hay manera de que el primer ODM pueda alcanzarse en los próximos cinco años, cuando en realidad la pobreza ha crecido en la última década.

El ODM 8 prometió “alianzas mundiales” en torno al comercio, la ayuda, la cancelación de la deuda y la transferencia de tecnología. Es el único objetivo que trata sobre el “entorno favorable” que los países necesitan para lograr los objetivos 1 a 6. En ninguna de esas áreas ha habido progresos sustanciales.

En septiembre de 2001 se inició una “ronda de desarrollo” de negociaciones comerciales en Doha, pero las negociaciones están todavía lejos de concluirse y el componente de desarrollo de la ronda es insignificante.

En el ámbito de la deuda, hubo algunas cancelaciones de deudas bilaterales y multilaterales para los países más pobres, pero la “alianza mundial” en términos de un mecanismo que facilite el pago a los países con problemas de deuda no está siquiera en los planos. La transferencia de tecnología no ocurre, a menos que se pague por ella, ya que todas las formas de conocimientos tecnológicos están protegidas como propiedad intelectual privada. La ayuda, por último, que alcanzó el 0,31 por ciento del producto interno bruto de los países donantes en 1992, bajó a 0,23 por ciento en 1998 y volvió a 0,31 por ciento en 2008. No mucho progreso que digamos.

El Informe 2010 sobre la Situación Social Mundial publicado en enero pasado por las Naciones Unidas bajo el título de “Repensando la pobreza” está de acuerdo con Social Watch sobre la necesidad de entender y medir la pobreza de una manera que no se base exclusivamente en los ingresos. Y concluye claramente que las políticas focalizadas en los “mil millones del fondo”, tan estrechamente relacionados con los ODM, deben volver a discutirse:

“El compromiso de erradicar la pobreza y mejorar la equidad y la integración social requiere de acciones persistentes dirigidas hacia el crecimiento económico sustentable, la creación de empleo productivo y el desarrollo social, lo que implica un enfoque integrado de las políticas económicas y sociales en beneficio de toda la ciudadanía. Además, demanda un activismo y universalismo estatal – en contraposición a la selectividad ­– más progresista y orientado al desarrollo en el enfoque de las políticas sociales.”

Acogemos con beneplácito este informe por ser una importante contribución al debate previo a la “Cumbre de los ODM”, que va a tener lugar en Nueva York en septiembre de este año. Social Watch estará participando en los preparativos de este acontecimiento y los grupos nacionales de todo el mundo ya están preparando informes sobre sus propias experiencias nacionales en esta primera década del nuevo milenio. La pobreza, la crisis financiera, la crisis alimentaria y el cambio climático han convergido de tal forma que ya no admiten respuestas del tipo “aquí no ha pasado nada”.