Esperanza de vida: 52,2 Años

André-Eugène Ilboudo

Burkina Faso (antiguo Alto Volta) es una vieja colonia francesa. Independiente desde agosto de 1960, se puede describir hasta los años 70 como un país democrático. En la década de los 80 pasó un período de inestabilidad, pero desde 1991, vuelve a retomar el camino de aprendizaje de la democracia. Es un país relativamente tranquilo y en función de la evolución económica reciente (crecimiento cercano al 4% anual), las instancias financieras como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional lo consideran como un buen seguidor del proceso de recuperación económica.

A pesar de vivir hoy una situación social relativamente estable, no es posible borrar de la memoria colectiva de los habitantes de Burkina Faso las vicisitudes de los años 80, marcadas por una sucesión de regímenes militares y de excepción. El recuerdo de estos años trae a la mente de sus habitantes las violaciones graves cometidas contra la libertad de los individuos: campaña de denuncias difamatorias, humillaciones, torturas, privaciones de libertad durante meses o años, posteriores liberaciones sin que ninguna denuncia o explicación hubiere tenido lugar, despidos sin derecho, traslados arbitrarios, desapariciones y asesinatos políticos, etc.

Para romper con el pasado, el 2 de junio de 1991 por medio de un referéndum, el país adopta una constitución que marca el nacimiento de la IV" República. El tipo de régimen político es civil y republicano. Todos los elementos jurídicos e institucionales están presentes.

El multipartidismo es integral, concretamente con la representación de partidos de oposición en la Asamblea que pueden ejercer sus derechos sin ningún impedimento aparente aun si un partido supra-mayoritario (87 en 107 incluyendo tres mujeres) domina la Asamblea. Aunque no hay límite de partidos, se necesita pertenecer a uno para ser candidato a las elecciones legislativas lo que no sucede en el caso de las elecciones presidenciales.

En el plano social, a pesar de la aprobación expresa por parte de las instancias financieras internacionales, los trabajadores y sus sindicatos la rechazan argumentando que "esta apreciación no se ve reflejada en una mejora de lo cotidiano (la comida diaria) para los habitantes de Burkina Faso" porque, como dice el perfil de pobreza (INSD febrero 1996) "el 44,5% de los habitantes vive por debajo del umbral de pobreza", es decir con menos de 41.099 francos CFA, lo que equivale a menos de 83 dólares americanos por año.

Burkina Faso es un país de recursos limitados. La pobreza es endémica. Todos los costos están fuera de alcance. Ya sea los costos de producción o de consumo, es necesario promover la estabilización con el objetivo de administrar mejor la etapa de crecimiento, para lograr un mayor bienestar en todas las capas sociales. Burkina depende también de los "socios" en su desarrollo para implementar una estrategia propia de lucha contra la pobreza.

Pobreza y desigualdad

Según el informe del PNUD, nuestro país ocupa el lugar N¼ 170 en el IDH. Pero es evidente que no todos sus habitantes son pobres aunque el nivel de vida general en las regiones esté por debajo del nivel medio. En forma global, ya sea en el medio urbano o en el rural, los ingresos se concentran reflejando grandes desigualdades en la distribución de los niveles de vida. En el medio rural, a cerca del 80% de la población le corresponde el 40% de los ingresos nacionales y al 20% de la población rural le corresponde el 60% de los ingresos rurales de donde se desprende una desigualdad en la desigualdad. En el medio urbano, las proporciones son casi idénticas ya que el 20% de la población urbana se reparte el 65% de los ingresos.

A nivel de los Grupos Socio-Económicos (GSE) las desigualdades son relativamente intermedias, pero el nivel nacional muestra repartos específicos inadecuados en cada GSE que se combinan y agravan las desigualdades en el plano global.

En términos de nivel de vida, el habitante medio es, estadísticamente, muy poco representativo del habitante tipo de Burkina Faso. Esto se debe a que la distribución de los individuos en la escala de niveles de vida muestra el predominio de los dos polos extremos opuestos.

Del análisis de las características sociodemográficas, se desprende que los pobres son personas con una carga social muy grande (124,4 personas a cargo cada 100 individuos pobres), contrariamente a los ricos (76,9 personas a cargo cada 100 individuos ricos). Este porcentaje de dependencia teórica es de 101,3% y es mucho más alto en zonas rurales (109,1) que en zonas urbanas (83,9%).

El nivel de vida, baja a medida que aumenta el tamaño de los hogares. Oficialmente, el 27,8% de los habitantes de Burkina Faso vive por debajo del umbral de extrema pobreza. La extrema pobreza se determina en base a un umbral nacional de 31.749 francos CFA (menos de 64 dólares americanos) por adulto por año.

Y aún más abajo de esta extrema pobreza, un 20% tiene un nivel de vida inferior a 27.619 francos CFA (menos de 56 dólares americanos) por adulto por año. El 97,5% de este 20% es rural y sólo el 2,5% urbano.

Como contrapartida, del 20% de los habitantes con un nivel de vida superior a 92.277 francos CFA (más de 184 dólares americanos) por adulto por año, un 51,8% es rural y un 48,2% es urbano.

La pobreza se localiza fundamentalmente en las zonas rurales del centro-norte, del centro-sur, del sureste y norte. Afecta principalmente a los agricultores y en particular a los productores de huerta (51,5%). Se constata sobre todo en hogares polígamos con tres mujeres o más (56,8%) y mayoritariamente en los hogares con un jefe hombre que en los que están a cargo de una mujer. Considerando los hogares con cabeza masculina, la pobreza es más acentuada en los polígamos que en los monógamos o solteros.

El grado de pobreza va unido al tamaño del hogar, independientemente del lugar de residencia. Menos del 10% de las personas pertenecientes a un hogar de entre 1 y 4 personas es pobre, pero más del 30% de las pertenecientes a un hogar de más de 13 personas es extremadamente pobre.

Acceso a servicios básicos

La pobreza, en términos de alfabetización y escolarización, es mayoritariamente rural y las desigualdades entre sexos y niveles de vida son mucho mayores en la zona rural que la zona urbana.

En ciudad, los hogares más pobres tienen un índice de escolarización del 45,3% y los más ricos del 74,3%; en campaña, los hogares más pobres tienen un índice de escolarización del 18,1% y los más ricos del 46,7%.

En lo relativo al medio ambiente, el Plan Nacional de Medio Ambiente (PANE) rige desde 1991. Su objetivo es buscar un equilibrio socio-económico y también contribuir a la autosuficiencia y a la seguridad alimenticia, y ofrecer mejores condiciones de vida a la población. En este sentido, la población rural se encuentra en cierta forma atrapada dentro de un círculo vicioso: son víctimas del medio ambiente y transforman a su vez al medio ambiente en víctima de su pobreza, degradándolo de distintas formas.

En cuanto al agua y a la higiene, varios proyectos de hidráulica ciudadana se desarrollan en el país, realizan y equipan perforaciones. En zona urbana, el Instituto Nacional de Agua y Saneamiento (ONEA) es el responsable de la distribución de agua potable.

Las fuentes de abastecimiento difieren según la zona y los niveles de vida. La zona rural se abastece sobre todo de pozos (54,4% con respecto a un 19,7% en zona urbana), mientras que la zona urbana se surte mayormente de la fuente pública (50,2% con respecto a un 3,3% en zona rural) y de canillas (24% con respecto a un 0,5% en zona rural). El 11% de los hogares rurales con respecto al 1% de hogares urbanos se surte de cursos de agua.

La calidad del agua de pozos tradicionales y sobre todo de los cursos de agua no está controlada y a veces es mala (polución bacteriana) por lo que los más pobres que recurren a estas fuentes están más expuestos a enfermedades de origen hídrico.

La promiscuidad de los miembros de un hogar en su vivienda es otro de los criterios de evaluación del bienestar. Se observan promedialmente 2,4 personas por habitación en casi todas las regiones del país, salvo en el norte, donde la proporción es de 4 personas.

El costo de los distintos materiales de construcción hace que estos se empleen en función de la zona y sobre todo del nivel de vida. El banco (tierra triturada con agua o pisé) predomina (87,9%) en zona rural en donde se emplea dos veces más que en ciudad (47,2) en la que predominan las construcciones duras (24,8) y semiduras (27,2).

Los servicios higiénicos empleados dependen de la zona habitación. El medio rural recurre principalmente a la naturaleza (83,3% de los hogares) y el medio urbano a los WC y sobre todo a las letrinas (88,4%).

La ducha sin tubería de agua es el género sanitario más utilizado tanto en zona rural (77%) como en zona urbana (87%). La ducha con tubería es un fenómeno aislado (2,4%), principalmente urbano (8,5% con respecto al 0,9% en zona rural), y es característico de los hogares urbanos no pobres (12%).

Educación

La pobreza se refleja también en la educación. Las estadísticas muestran que el 18,9% de los habitantes de Burkina Faso de más de 15 años sabe leer y escribir, es decir, el 12% de la zona rural y el 50% de la zona urbana, respectivamente. Los hombres saben leer y escribir (27,1%) en una proporción de 2 a 1 con respecto a las mujeres (11,5%). Los hombres más pobres (10,8%) son analfabetos en una proporción de 5 a 1 con respecto a los más ricos (53,8%), mientras que las mujeres más pobres (3,0%) son analfabetas en una proporción de 11 a 1 con respecto a las más ricas (33,5%).

El índice de escolarización es de 33,7% en la enseñanza primaria y está repartido en forma sumamente desigual entre el medio rural y el urbano. En las ciudades, el índice es el doble del promedio nacional (68,5%). En zona rural, este índice es bajo y se sitúa en un 27,5% aproximadamente.

Las disparidades por sexo se reflejan en un índice de escolarización masculina del 38,6% y de escolarización femenina del 28,3%, con una relación de femineidad de 73,4 mujeres cada 100 hombres. Este índice de escolarización primaria obligó al Ministerio de Enseñanza Básica a concentrar sus esfuerzos entre 1991 y 1995 en tres grandes áreas:

* Expansión de la enseñanza básica y de la alfabetización.

* Mejora de la calidad y de la pertinencia de la enseñanza primaria así como de la alfabetización.

* Fortalecimiento de la capacidad de gestión del departamento.

Las distintas actividades realizadas persiguiendo este objetivo tendieron a implementar infraestructuras, promover la escolarización en general y de la niña en particular, aplicar innovaciones pedagógicas (1.265 clases multigrados y de doble flujo, 30 escuelas satélites y 28 centros de educación básica no formal).

Para a mejorar la calidad y la pertinencia de la enseñanza, se capacitaron en 1995, 700 alumnos-maestros en las dos Escuelas Nacionales de Docentes de Primaria (ENEP), 950 maestros adjuntos contratados, 5000 supervisores y animadores de los centros de alfabetización, 60 maestros encargados, 23 consejeros pedagógicos y 15 inspectores, directores de escuela. Hay estudios en curso tendientes a mejorar la situación de los docentes, a elaborar un plan director de capacitación y revisar los programas y manuales escolares.

La enseñanza primaria privada reúne menos del 10% de los alumnos y es un fenómeno esencialmente urbano, más precisamente metropolitano, representando el 24,6% de la población escolar primaria.

El índice neto de escolarización es del 11,28% a nivel secundario. Está discriminado en forma desigual entre la ciudad 35,5% y la campaña 5,1%. Los más pobres cursan enseñanza secundaria 12 veces menos que los hogares más ricos. La enseñanza secundaria privada representa un tercio del porcentaje de escolarización secundaria.

En Burkina Faso, la escolarización terciaria está en su período embrionario; la Universidad de Ouagadougou se abrió en 1965 como Escuela Normal Superior para capacitar docentes de enseñanza secundaria y recién desarrolló otras secciones en 1974. En la actualidad, el índice neto de escolarización terciaria es menor al 1% (0,9%) con una población escoralizada concentrada en Ouagadougou.

La escolarización terciaria beneficia sobre todo a los estudiantes masculinos que tienen un índice del 1,4% con respecto a un índice de escolarización terciaria femenina del 0,35%, es decir, 4 veces menos que la masculina.

Salud y nutrición

Burkina Faso adoptó una política sanitaria que se basa en el desarrollo de la atención primaria de la salud fundamentada en el enfoque de la Iniciativa de Bamako, cuyos ejes principales son:

* Fortalecer la atención primaria de la salud por medio de la descentralización del sistema de salud.

* Asegurar la calidad de los servicios sanitarios fortaleciendo el plantel técnico de capacitación sanitaria.

* Implementar una nueva política famacéutica para aumentar el acceso geográfico y financiero a los medicamentos a través de la promoción de los Medicamentos Esenciales Genéricos y del mejoramiento del sistema de aprovisionamiento.

* Luchar contra las enfermedades, las epidemias y el SIDA.

37 distritos sanitarios, 13 antenas quirúrgicas, 557 centros de salud disponen de un stock de medicamentos esenciales genéricos y 509 comités de gestión funcionan en el área de la capacitación sanitaria. En lo relativo a la promoción de la salud materno-infantil así como al desarrollo de la planificación familiar, una estrategia de prevención por vacunación y el Programa Ampliado de Vacunación (PEV) funcionan desde hace varios años. El índice de natalidad es de 45,2%. El índice de mortalidad es de 16,4%. La esperanza de vida es corta, 52,2 años.

El SIDA y las Enfermedades de Trasmisión Sexual amenazan con arruinar los avances obtenidos.

A pesar de todos estos esfuerzos, el porcentaje de los sectores sociales en el gasto público bajó de 28% a 23%. El promedio registrado en el período 1993-1995 es del 26%.

El índice de desnutrición moderada es alto en los niños de 0 a 5 años y es del 30%. Burkina lucha por la seguridad humana que se define como lo que debiera permitir a cada habitante acceder, entre otros, a una alimentación básica incluyendo agua potable y al mejoramiento de la alimentación y del estado nutricional.

Los gastos de alimentación de los habitantes de Burkina Faso son más altos que los no alimenticios. El porcentaje de gastos alimenticios dentro de los gastos totales baja junto con el nivel de vida, aumentando los gastos no alimenticios. En los más pobres supera el 58% mientras que en los más ricos es del 40,7%.

Ajuste estructural y gasto público

El primer Programa de Ajuste Estructural (PAS) de Burkina Faso hizo mayor hincapié en la compresión de la demanda global mediante políticas presupuestales restrictivas que en la adopción de medidas tendientes a mejorar la oferta. Los alcances sociales del ajuste no se tomaron en cuenta de manera explícita ya que no se llevó a cabo ningún estudio sobre el impacto de las medidas de los PAS sobre las poblaciones pobres o de riesgo.

Durante esta fase transitoria de mejoramiento de la oferta, se iniciaron acciones paralelas no coordinadas para brindar ayuda a las poblaciones llamadas pobres o de riesgo.

Actualmente, se intenta coordinar las acciones dirigidas a estas poblaciones, integrándolas en una estrategia nacional de lucha contra la pobreza.

El Proyecto Dimensiones Sociales del Ajuste auspiciado conjuntamente por el Banco Mundial, el PNUD y el BAD, luego de los primeros programas de ajuste estructural, trata de crear y fortalecer las capacidades institucionales de elaboración y de gestión de las políticas económicas y sociales, asegurando una mejor comprensión de la vulnerabilidad de algunos grupos socio-económicos y ayudando a aprehender de la forma más rigurosa posible el impacto de las reformas sobre la estructura de la pobreza en el país.

Uno de los desafíos más urgentes que enfrenta hoy Burkina Faso es aumentar el nivel de ingresos de la población mediante un desarrollo económico sostenible y que favorezca ampliamente los sectores más desposeídos.

En los años 1980-1990, el efecto combinado de las políticas económica y financiera inapropiadas había logrado sumir al país en una grave situación. El crecimiento anual promedio del Producto Bruto Interno real que era del orden del 4% entre 1980 y 1988 bajó al 1,6% entre 1989 y 1990, bajo el peso de las distorsiones y de la rigidez estructural que afectaban los sectores de producción, del descarrilamiento de los déficits, de las finanzas públicas y de la acumulación de los retrasos internos y externos de la deuda.

En estas condiciones, las autoridades de Burkina Faso iniciaron a partir de 1991 una serie de reformas económicas y sectoriales (PAS) tendientes a mejorar la competitividad de la economía, construir las bases para un crecimiento durable capaz de mejorar los niveles de vida y reducir la pobreza.

Los objetivos del PAS no han sido logrados en el período asignado al programa y su ejecución se interrumpió en 1992 debido a que el calendario estaba sobrecargado por la transición democrática. En 1993, el gobierno inició reformas macro-económicas y estructurales basadas en una estrategia interna. Pero los déficits financieros que había que corregir eran altos y se devaluó el franco CFA en los países de la Unión Monetaria Oeste Africana (UMOA) en enero de 1994.

Mientras tanto, el ingreso por habitante es de los más bajos del mundo con el agravante de que la distribución es bastante desigual. Esto trae como consecuencia que una gran proporción de la población vive en situación de pobreza absoluta. Gran parte de los trabajadores urbanos y sobre todo rurales sólo obtienen como fruto de sus actividades ingresos sumamente marginales, sin ninguna relación con las necesidades básicas. Pero la pobreza es también, y sobre todo, femenina. A pesar de la mayor proporción a nivel nacional (100 mujeres cada 98 hombres), básicamente, las mujeres son relativamente más numerosas en la pobreza y los hombres relativamente más numerosos en la no pobreza. En los niveles de vida más bajos, la relación media de masculinidad es de 100 mujeres cada 95 hombres mientras que en los niveles de vida más altos es de 100 mujeres cada 102 hombres.

Cooperación y asistencia internacionales

De 1988 a 1990, la distribución de la asistencia técnica por sector respondió a las prioridades de la economía de Burkina Faso. Los sectores sociales se beneficiaron promedialmente con el 15% del volumen de la ayuda.

Los programas de inversión pública (PIP) de 1992 a 1993 registraron por su parte un predominio de los préstamos externos con mayor importancia de las subvenciones. Los sectores sociales absorben promedialmente el 8,9% del total de las inversiones efectuadas.

Estas informaciones muestran que un esfuerzo complementario sería necesario para lograr el 20% deseado para lo social. Se incita a los inversores a aumentar al 20% el monto total de la ayuda otorgada a los servicios sociales básicos.

André-Eugène Ilboudo trabaja como Director de la Asociación "Vive le Paysan/Saponé", una de las organizaciones populares más importante del país. Actualmente trabaja con una organización de promoción activa que se dedica a estudiar y formar la opinión de los responsables de ONGs y del gobierno sobre las reformas políticas a llevar a cabo para el desarrollo social.