Programas no abordan raíces de la pobreza

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2006
Espace Associatif

Los programas de desarrollo no están coordinados entre sí y carecen de un seguimiento que evalúe y modifique el impacto y la cantidad y calidad de los recursos movilizados. La nueva Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano cuenta con un presupuesto escaso y si bien prevé la participación civil, las ONG se sienten poco representadas.

En los últimos años se anunciaron varias reformas, entre ellas educativa y de los códigos de familia, trabajo y penal, así como del Seguro Obligatorio de Enfermedad. Sin embargo, los resultados reales no colmaron las expectativas de la ciudadanía, en especial de las organizaciones de la sociedad civil que obran en pos del desarrollo en democracia. El examen de diversos indicadores relativos al desarrollo socioeconómico, a la lucha contra la pobreza y a la igualdad de oportunidades no es alentador.

El informe Social Watch 2006, dedicado al tema del financiamiento al desarrollo, es una continuación lógica del informe 2005 cinco años después de la Cumbre del Milenio de la ONU y 10 años después de la Plataforma de Beijing. Este último evidenció las carencias que todavía existen, lo cual es un verdadero desafío a encarar para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Esta contribución del Espace Associatif al informe 2006 ha sido precedida por la implementación de una consulta que instauró una plataforma integrada por 32 ONG de diferentes regiones del país que operan en diversos sectores ligados al desarrollo. El objetivo era responder a la pregunta: “¿Cómo movilizar los diferentes recursos financieros y ponerlos al servicio del desarrollo social, de la lucha contra la pobreza y la discriminación?”

Los debates en torno a esta pregunta sobre las finanzas para el desarrollo han mostrado cómo a partir de ella se plantean muchas otras, vinculadas a la democracia, a la buena gestión y al respeto de los derechos humanos económicos, sociales y culturales, así como también a la participación y en particular a los derechos de las mujeres.

Antes de realizar una apreciación general de los fondos utilizables y utilizados en Marruecos para asegurar el desarrollo social, lo definimos como la satisfacción de las necesidades económicas, culturales y sociales y como la respuesta de la sociedad a algunos riesgos que afectan a los pueblos en desarrollo: el ejercicio abusivo de los poderes, la marginación de sus miembros y el reparto desigual de los frutos del crecimiento. El desarrollo social es entonces un estado social caracterizado por actitudes colectivas activas que llevan a la integración de los individuos por parte de la sociedad, al establecimiento de relaciones de solidaridad de la sociedad para con sus miembros y a la implementación de un sistema de buena gestión. La acción para el desarrollo social implica medidas tendientes a la supresión de la discriminación y a la erradicación de la pobreza.

Pobreza y emigración

El análisis de la pobreza desde el punto de vista del ingreso ha resaltado la importancia de las transferencias en el seno de las familias y sobre todo de las que provienen de la emigración como factor atenuante. Esta observación destaca el papel decisivo de la emigración como medio de compensación. Las políticas migratorias y el comportamiento de los Estados en materia de gestión de flujos de mano de obra son un componente principal de las acciones a adoptar contra la pobreza. Los flujos de mano de obra libre de todo obstáculo representan un medio de lucha decisivo contra la pobreza pues permiten aliviar la presión demográfica en los territorios faltos de recursos y de capitales, que no pueden alcanzar por razones estructurales un umbral de competitividad que asegure una vida decente a sus poblaciones.

El crecimiento económico insuficiente limita el equilibrio del mercado laboral y determina un movimiento migratorio interno y externo. Las migraciones internas se traducen en una presión demográfica sobre las ciudades y un excedente estructural de mano de obra en el mercado laboral urbano. Esta situación requiere de acciones de desarrollo en tres niveles: inversión en las campañas para atenuar la pobreza y crear empleos para jóvenes rurales, inversión para luchar contra la vivienda insalubre y equipar correctamente las periferias urbanas y finalmente inversión en las actividades productivas para generar un nivel de crecimiento y empleo suficiente para erradicar la pobreza y el desempleo y crear un proceso acumulativo de crecimiento y de mejora de la calidad de vida de la población. Como el aparato productivo no logra absorber la fuerza de trabajo ofrecida en el mercado interno, se mantiene una fuerte presión para la emigración.

Gasto público sin seguimiento ni evaluación

Los gastos del Estado alcanzan MAD 117.300 millones (USD 13.693 millones), alrededor de 83% asignados a gastos de funcionamiento. En el presupuesto general, la inversión sigue siendo limitada, y 53% de la misma se destina al pago de salarios de funcionarios. El resto se asigna a la compra de bienes y servicios, al servicio de la deuda y otros.

GRÁFICO 1. Gastos del Estado en 2003 (en MAD mil millones)

Por el momento, los gastos públicos para los distintos organismos se estipulan en base a presupuestos anteriores, sin evaluaciones económicas del rendimiento de los proyectos públicos que permitan reorganizar el presupuesto.

Los gastos públicos están dominados por el pago de salarios a funcionarios y el servicio de la deuda. Los presupuestos sociales consumen gran parte de los gastos públicos (educación y salud). El Estado paga subvenciones alimentarias y también al gas. Además, apoya al medio rural y trata de luchar contra la pobreza por medio de una serie de programas de infraestructura, vivienda y promoción de actividades generadoras de ingreso, sobre todo microcréditos.

En 2003, el Estado destinó MAD 18.900 millones (USD 2.206 millones) a educación formal y MAD 4.300 millones (USD 502 millones) a salud. En programas de infraestructura, desarrollo rural, vivienda, subvenciones alimentarias y otros se invirtieron MAD 18.900 millones (USD 2.206 millones).  

El análisis ha revelado una extrema dispersión de los medios movilizados por el Estado y también una falta de coherencia y de seguimiento de los efectos de los planes y recursos movilizados.

El balance entre ahorro e inversión de los últimos años pone en evidencia un excedente principalmente en los hogares y los emprendimientos financieros. El Estado y los emprendimientos no financieros recurren al ahorro de otros agentes económicos para financiar sus inversiones. En 2003, los aportes de los hogares representaron un tercio del total de la inversión nacional, es decir, MAD 120.000 millones (USD 14.000 millones), mientras que los emprendimientos no financieros contribuyeron con más de la mitad (MAD 65.000 millones – USD 7.588 millones), sobre todo las empresas públicas. Los organismos públicos sólo contribuyen con una décima parte aproximadamente MAD 13.700 millones (USD 1.599 millones) de la inversión total.

Las cuentas nacionales no brindan información sobre las modalidades de distribución del ahorro (tanto positiva como negativa) entre los patrimonios de los hogares ni sobre las condiciones de evolución de la pobreza.

Las actividades económicas generan recursos cuyas modalidades de redistribución suscitan recomposiciones del patrimonio. Los sectores que generan ahorro se han enriquecido y los que viven de sus ingresos se han empobrecido. Este fenómeno es significativo pues el ámbito productivo permaneció mucho tiempo bajo el dominio del ámbito doméstico. Recién en 2001 el valor agregado generado por las empresas no financieras superó el generado por los hogares.

El mercado interno está abierto a la inversión internacional directa. La reducción de la protección aduanera, en el marco de la política comercial, perjudica al sector artesanal. Las actividades que se mantienen en este contexto son las protegidas por regulaciones públicas o por su inversión. Los emprendimientos de los sectores expuestos a la competencia internacional deben someterse a una reestructuración.

Mientras tanto, las remesas de los emigrantes son muy importantes y contribuyen en forma significativa a la reducción de la pobreza.

Tabla 1. Ingresos del Estado, 2004 (MAD mil millones)

Derechos de aduana

11.290

Tasas internas de consumo

15.800

Impuesto general a la renta

17.400

Impuesto a las sociedades anónimas

14.200

Impuesto al valor agregado

18.250

Renta del patrimonio del Estado

4.400

Registro y timbre

5.280

Préstamos varios

40.500

El Estado lleva a cabo una política fiscal que, en la determinación de las modalidades de cobro de tributos, estructura impositiva y cuotas fiscales, tiene en cuenta objetivos sociales (exoneración del impuesto al valor agregado, exoneraciones a la agricultura, progresión del impuesto a la renta y otras). Los efectos de estos objetivos son una mayor compartimentación del mercado laboral, la subutilización de mano de obra calificada en los sectores enfrentados a la competencia internacional y una fuerte desocupación de mano de obra altamente calificada. Se estima que el desempleo alcanza 20% en el medio urbano.

Ayuda al desarrollo

Algunas acciones llevadas a cabo por el Estado, el sector privado y la ayuda financiera internacional intentan atenuar la pobreza y sus efectos. Estas acciones implican transferencias de fondos directos o en especies, intervenciones sobre los precios, los salarios y el dispositivo de seguridad social. Sin embargo, estas acciones no están bien focalizadas y no apuntan a solucionar de raíz el problema de la falta de puestos de trabajo, que contribuye a alimentar el fenómeno de la pobreza.

El Estado intenta comprometer cada vez más al sector privado en la oferta de prestaciones sociales, mientras la política social es irracional, carece de homogeneidad y no busca atender las causas de la pobreza.

La ayuda pública al desarrollo está dirigida a infraestructura, educación, agua, electricidad, medio ambiente, salud y agricultura. En su mayoría, proviene de países de la Unión Europea, Japón y países árabes. Francia, Japón y los países árabes aportan más de 80% de la ayuda bilateral otorgada a Marruecos (70% del total de la ayuda).

Nuevo programa, poca participación

La falta de pertinencia y focalización de las políticas sociales, así como su ineficacia condujo a la creación en 2005 de la Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano (INDH). Ésta constituye el punto de partida de una estrategia de revisión, propone un cambio en el concepto de política social, en particular una implementación conducida de modo participativo, movilizando con iguales responsabilidades al Gobierno y la gestión administrativa, así como a la sociedad civil y la clase política. Sin embargo, el monto de MAD 10.000 millones (USD 1.167 millones) otorgado para la financiación de acciones durante un quinquenio es muy insuficiente para suplir todas las carencias. Algunos actores de la sociedad civil también reprochan a los comités de gestión de la INDH el predominio de representantes estatales y la escasa representación de las ONG.