“El surgimiento de las crisis financiera, alimentaria y económica, entre otras a las que las normas de privatización y liberalización de la OMC no pudieron prevenir —y que, por el contrario, alentaron—, brinda una oportunidad para reflexionar sobre los graves problemas endémicos del modelo particular de globalización que la OMC ha consolidado a nivel mundial”, exhortó una treintena de organizaciones de la sociedad civil con miras a la Octava Conferencia Ministerial de esa institución con sede en Ginebra el mes próximo.

Marc Lee. (Foto: CCPA)

El 20 por ciento más rico de los canadienses son responsables de casi el doble (1,8 veces más) de las emisiones de gases invernadero que los de menores ingresos, según un estudio presentado esta semana en Ottawa por el Centro Canadiense para Políticas Alternativas (CCPA), uno de los puntos focales de Social Watch en ese país norteamericano.

Hurgando en la basura en Timor
Oriental, uno de los países más
dependientes de la ayuda externa.
(Foto: Martine Perret/ONU)

Tres semanas antes del Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda en Busan, Corea del Sur, la sociedad civil no oculta su desilusión sobre los resultados que prevén. “En la relativa oscuridad de reuniones a puertas cerradas, los gobiernos donantes hacen intentos de último minuto para renegar de sus compromisos en materia de transparencia de la ayuda”, resumió Claudia Elliot, portavoz de la campaña Make Aid Transparent. Todo el proceso parece sembrar dudas sobre el propio concepto de asistencia al desarrollo.

La Primavera Árabe le brindó a la sociedad civil de esta región nuevas herramientas para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (Rio2012). “Las revoluciones y levantamientos árabes, iniciados en Tùnez en diciembre pasado, reflejan la interconexión entre desarrollo sustentable, gobernanza democrática y libertad”, observó la Red Árabe de ONG para el Desarrollo (ANND) en el documento que aportó al proceso de preparación de la conferencia.

Mirjam van Reisen

La Unión Europea (UE) debería cambiar su política hacia Eritrea, dijo Mirjam van Reisen, profesora de Responsabilidad Social Internacional de la Universidad de Tilburg. La población del país africano estaría mejor si la UE cambiara el destino del aporte económico previsto para el gobierno a la vivienda y la educación de los refugiados eritreos en Sudán, Sudán del Sur, Libia, Egipto y Yemen, agregó Van Reisen, también fundadora y directora de Asesores de Política Exterior Europea (EEPA).

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